—Tú también has perdido fuerzas en el camino —le recordó el desconocido—. Puede que no sea la mejor opción.

—Puedo aguantar hasta que regresemos —les aseguré a ambos—. No es cuestión de vida o muerte.

Aceptando mi decisión, el hombre se levantó y se colocó tras el sillón en el que reposaba Danira con una chispa de diversión en sus cansados ojos.

—Me alegra ver que no estás sola —comentó—. Tienes personas dispuestas a protegerte, a morir por ti.

—No siempre eso es algo bueno —suspiré—. No quiero que nadie tenga que sufrir por mí.

—Lo entiendo —asintió—. Supongo que tendrás preguntas, querida. ¿Alguna por la que quieras empezar?

Tenía la mente en blanco. Todas las cuestiones que habían estado taladrando mi cabeza durante meses parecían haberse esfumado como la nieve en primavera. Salvo una.

—¿Por qué contactaste conmigo? —las palabras brotaron de mis labios—. ¿Por qué me elegiste a mí?

La sonrisa enigmática de la anciana me hizo comprender antes de tiempo que no obtendría aquella respuesta en aquel preciso momento.

—Creo que una de las razones fue porque me vi reflejada en ti —parecía sincera—. Eres joven, quieres comerte el mundo... Y estarás harta de que te lo digan, pero eres especial, Silene. Y algún día llegarás a entender cuánto. Por desgracia, tendrás que esperar un poco más para averiguar cosas que los viejos, por sabios o por demonios, ya sabemos. Sería como revelarte el futuro, querida, y eso no sería prudente. Podría causar una catástrofe, ¿me entiendes?

—Entiendo que no se debe jugar con el futuro —asentí, seriamente—. No te pido que lo hagas. Solamente quería saber por qué, de entre todos los vampiros, decidiste confiarme tu vida y la de tus hijos.

—Porque la parte bruja que hay en mí sabía que tú eres la única en la que puedo confiar.

Aquellas palabras calaron profundamente en mí. ¿Era yo realmente una persona confiable? ¿Pensarían otros lo mismo de mí? ¿Qué le había hecho llegar a esa conclusión?

—Gracias —fue, en cambio, lo que dije—. Nos has salvado a todos.

—No, querida. Tú nos has salvado a nosotros.

En los siguientes minutos, nadie habló. Me sentía completamente perdida. Creía que cuando viera a Danira tendría la oportunidad de resolver todas mis dudas. Pero en aquel momento solo quería mirarla a los ojos y dejarme llevar por esa sensación de que todo iba a salir bien.

—¿Qué debería hacer ahora? —le pregunté—. ¿Cuál debería ser mi siguiente paso?

—Debes salir de aquí y llevarte a mi hijo contigo —sus ojos se apagaron un poco—. Y dejarme atrás.

—¿Qué? —¿estaba sugiriendo que ella moriría igual que aquel lugar?—. No, no puedo hacer eso. Vine aquí para sacaros a todos, ¿no lo entiendes? No solo a tus... —repasé de nuevo las palabras de la bruja y la garganta se me secó—. Espera, ¿has dicho "hijo"?

—El que está a mi espalda es el futuro heredero al trono, hijo legítimo del rey Hesper —declaró la anciana.

—Danira, ¿qué...? —fui incapaz de formular la pregunta.

La leyenda hablaba de dos hijos, no de uno solo. Y dudaba que Hesper hubiera podido olvidar aquel detalle. No, no era una equivocación. Y mis sospechas se confirmaron cuando Danira se removió en su asiento.

—Tuve que tomar, como madre, una difícil decisión —sus ojos se anegaron de lágrimas, pero las retuvo estoicamente—. Mi magia no podía contener a tres de nosotros. Así que tuve que abandonar a uno de mis hijos.

El mundo oculto del Espejo [SILENE #1]Where stories live. Discover now