En un restaurante cualquiera estaban el ex-comandante y ex-subcomandante de ToMan comiendo algo.
–Ne Kenchin, ¿Sabes por qué _________ siempre me está guiñando el ojo?– preguntó el más bajito de los dos.
–Ah si, ella tiene un tic en el ojo, ¿Por?.
–a, yo pensé que me estaba coqueteando y me la cogí, lo siento Kenchin– confesó.
Al escuchar eso Draken escupió el batido que estaba bebiendo hace unos segundos.
–¿¡Qué tu que!?– dijo el chico levantándose de la mesa de golpe haciendo que todos en el restaurante volteara a verlo –ahora sí que te mato pedazo.
–Es broma Kenchin, ya llevó 1 año de casado con _________, ¿crees que no me daría cuenta de ese detalle?
Draken soltó un suspiro de alivio, era verdad, ya llevaban 1 año de casados con su hermana cosa que no le agradaba ya que se había casando con un irresponsable a su visita ya que seguía teniendo que levantarlo para que abriese su restaurante de sushi porque sino abrirían a las 16:00.
–Pero igualmente me la cogí– dijo Mikey para luego salir corriendo del restaurante siendo perseguido por su mejor amigo y cuñado.
[...]
–Mikey eres un idiota– dijiste al escuchar la anécdota que te acababa de contar tu esposo.
–Si pero soy tu idiota, por siempre– dijo señalando el anillo de casados que tenía en el dedo– para siempre.
Añadió pero esta vez señalando al bebé de tu vientre.
–Por el resto de tu vida– dijo sonriendo mientras señalaba el cuadro que colgaba en el salón donde estaban ustedes en su boda junto a tus amigos.
Tú solo reíste por su comentario.
[...]
–T-tranquila __________, todo estará bien– intento calmarte tu esposo pero se veía de lejos que el era el más nervioso hay.
–¡Lo peor que puedes decirme ahora es que me tranquilice! –Gritaste al sentir otra vez como tu pequeña niña intentaba salir.
–Cierto– añadido una enfermera que estaba ayudando te a parir haciendo que el resto de enfermeras asistieron en afirmación.
–¡Ya. No se burlen! – grito tu esposo.
[...]
–Mikey, ya deja de dar vueltas, me vas a marear– dijiste viendo como tu esposo no paraba de dar vueltas por la habitación impaciente esperando a que los doctores le traigan a su pequeña niña recién nacida.
Quería ver a su pequeña hija ya, de tan solo pensarlo lo ponía nervioso por eso no paraba de caminar de un lado a otro. La puerta se abrio interrumpiendo la caminata de Mikey y girando para ver a la enfermera.
–Aquí le dejó a su hija– anuncio dejando el carrito a un lado de ti para que no tuvieras que levantarte.
Tu esposo se hacerlo lentamente sintiéndose impaciente de ver a su pequeño angelito pero iba a paso lento sintiéndose ansioso de ir más rápido pero sus piernas no le dejaban de tantos nervios pero todo eso se disipó al ver a su hija dormida con su ropa haciendo que Mikey empezará a llorar.
–¿Puedo cargarla? –pregunto girando a verte.
–Adelante, saluda a nuestra hija Mikey– contestaste feliz ante su pregunta.
–Mira _______, es nuestra hija, nuestra bebe– dijo Mikey feliz mientras veía su hija mover sus manos e intentar abrir sus ojos – ella es tan pequeña y frágil, se ve tan linda.
Ahora mismo Mikey se sentía el hombre más afortunado del mundo.
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