Four Elements [The Avengers] [PAUSADA]

Capítulo 52

Alexandra

Estacioné mi motocicleta en el estacionamiento del edificio donde me había citado Fury, no podía creer que hubieran alzado una nueva instalación para el equipo, me quité el casco mientras pensaba en lo impresionante que eso se me hacía y lo enganché a la moto.

No les había dicho mucho a los chicos, apenas les había dejado una nota informándoles que estaba bien y que solamente iría a ver a unos viejos amigos, lo cuál mentira no era. Ya les hablaría mejor de lo que haría cuando regresara al Penthouse, decidí mientras me acomodaba el cabello sin quitarme los lentes de sol y comencé a caminar hacia la entrada.

Solo tuve que darles la clave que Fury me había dicho para que me dejaran pasar, más tarde me entregarían una identificación y el permiso oficial para estar allí.

Mientras avanzaba, con el mentón en alto y atrayendo miradas, me sentí una maldita leyenda. O quizás fuera porque había comenzado a sonar una canción de Fallo out boy en mis oídos, dado que no había desconectado los audífonos con los que venía escuchando música.

Caminaba con una sonrisa de suficiencia, y quizá algo de arrogancia, moviendo ligeramente mis caderas, sintiéndome importante, sintiéndome inolvidable, incluso tarareaba con los labios en silencio la letra de la canción. Era como la hija prodiga que regresaba a casa, pero no había lágrimas, era pura emoción burbujeando en mi pecho a más no poder, deseando correr a la sala de juntas, pero limitándome para seguir viéndome cool, a pesar de que las miradas a mi alrededor me decían que no tenían ni puta idea de quien era yo.

No faltaría mucho para que supieran quien era.

Al llegar, ni siquiera toqué la puerta, solo la abrí provocando que todos voltearan a verme mientras me adentraba en la habitación, cerrando la puerta tras de mí. Veía confusión y curiosidad en sus rostros, incluso quizá escepticismo por parte de mi querido hermano del alma.

De reojo, mientras jalaba la silla junto a Tony para dejarme caer sentada, noté la sonrisa discreta de Fury al reconocerme y me pregunté si él les habría informado sobre mi regreso, porque en dicho caso mi fenomenal entrada de película era una completa estupidez.

Crucé las piernas y recargué mi codo en el brazo de la silla, noté que Stark me miraba de pies a cabeza como si estuviera tratando de deducir de donde me le hacía familiar. Echando un vistazo discreto, y breve, a los demás noté que faltaban mi papi y el nene rubio, lo cuál me causó curiosidad, incluso Clint faltaba allí. Es más, no conocía bien los nuevos rostros que veía ante mí.

–Disculpe, señorita, pero creo que se equivocó de oficina. Estamos en medio de algo –Informó Steve tan educado como siempre, también un poco curioso por mi presencia, y me mordí los labios tratando de que mi sonrisa no se convirtiera en la del Joker mientras negaba– ¿Quién es usted?

Me llevé una mano al pecho fingiendo estar ofendida por tal pregunta.

–Tan rápido me olvidaron –Pregunté dirigiendo mi mirada hacia el rubio, luego procedí a quitarme los lentes de sol y bajar la capucha de mi hoodie gris, dejando que mi melena castaña y mis ojos verdes delataran mi identidad, esperando que fuera suficiente. Y si no lo era...– Hola, Banderín Americano –Saludé, notando como los ojos de Steve se habían abierto con sorpresa e impacto, Tony a un lado mío estuvo por abrir la boca cuando volteé hacia él– Y hola, Robocop

Ambos me observaron con notoria sorpresa y la expresión en sus rostros me dejaba ver que querían decir algo, pero no les salían las palabras o quizá no lograban formular algo coherente para decirme en ese preciso segundo. Tal vez sorpresa era poco para describir lo que sentían en ese momento.

Estaba segura de que solo había una persona que los llamaba así y ellos lo sabían.

—Alexandra...—Susurró Steve como si no pudiera creerlo.