- Lo siento mucho Samantha, intente decirte, intente convencer a tu padre de que te dijera – dijo desesperado – pero podemos seguir siendo amigos Samantha, te quiero, eres una gran amiga, lo sabes y aun puedes confiar en mí.

- Mejor suéltame Gael, déjame ir.

- No Samantha no te vas a ir sola.

- Gael suéltame – dije irritada y a poco de mandar todo al carajo – y no voy a salir sola, venía a decirles que voy a salir, así que déjame ir y ustedes hagan su trabajo.

- No Samantha, esto se sale de mis manos, por lo menos tienes que intentar entender ¿vale?

- ¡Con un demonio Gael! – tiro de mi brazo y soltarme de su agarre – ¡Vete a la mierda! ¡Y ustedes! – me dirigí a todos los espectadores y sé que no era correcto hablarles así, pero el enojo en mi torrente sanguíneo era aún mayor – ¿Qué hacen mirando? ¿no tienen trabajo que hacer? ¡dejen de meterse en lo que no les importa – me dirigí en ese momento al moreno ojos café para que solo el escuchara – Hazme y hazte el favor de dejarme necesito, alejarme ¿bien? - el dolor se filtró en las facciones del moreno, pero no me amedrante ni un poco – si quieres hablar, está bien hablaremos Gael, pero no ahora.

- Está bien, pero promete que hablaremos Samantha – bufé

- Lo prometo, pero ahora mismo, necesito alejarme un rato. Solo, haz tu trabajo – solté decepcionada de mi amigo, vi el dolor de mis palabras en su mirada, pero giro sobre mi eje y fui directo hacia mi Jaguar F-Type blanca.

La decepción, el enojo y la tristeza son las emociones que tengo a flor de piel, no puedo evitar sentirme traicionada, después de todo, Gael llegó a mi vida hace 4 años, desde que lo conocí congeniamos muy bien, lo considero mi hermano, es una de las mejores personas que he conocido en toda mi vida, pero no quita el hecho de que todo fue por su "trabajo".

Estoy en el carro, en total silencio y el recuerdo de la primera vez que hablé con Gael llega a mí mente, su sonrisa, el café de sus ojos, su amabilidad, lo distraído que iba, aunque si lo pienso bien, todo estaba planeado después de todo.

Y el admitir eso en mi cabeza es lo que más me jode pero lo hace aún más el recuerdo.

Estoy caminando por la acera repleta de estudiantes, me detengo en una cafetería que está unas calles antes del colegio, hago mi pedido y una vez lo tengo, salgo, sigo mi camino, levanto un poco la mirada y en mi campo de visión aparece un chico moreno, alto, de cuerpo fornido – debe ser nuevo, digo en mi interior – viene caminando mirando su celular, tiene el ceño fruncido, se nota que viene muy distraído, dirijo mi mirada a mi camino, me faltan solo unos pasos para cruzar la puerta colegio, pero me detengo en seco cuando recuerdo que le dije a Dani que la esperaría para entrar juntas, doy media vuelta pero choco con alguien haciendo que caiga mi café, mi celular y el del desconocido chico frente a mí.

- Ouh, lo siento no debí parar así – le dije muerta de la vergüenza.

- No es nada – se arrodillo para agarrar los dos celulares y seguido entregarme el mío – yo estaba distraído, no te vi y lo siento, derrame tu café.

- No hay lio, supongo que fue culpa de los dos

- Por cierto, soy Gael, soy nuevo – extendió su mano a mí y la estreche

- Samantha un placer – le sonreí y solté su mano – bueno me tengo que ir, no vemos por ahí, supongo.

- Nos vemos Samantha y lo siento otra vez por tu café. Debería pagártelo – dijo apenado

- Es una buena idea, nos vemos – dicho eso di media vuelta y Sali a esperar a mi castaña amiga.

Alejo todos los pensamientos y los dejo lejos de mi mente. Aparco el coche en el primer lugar vacío que encuentro, miro a mi alrededor y me fijo en que los guardaespaldas también están llegando, antes de salir le escribo rápidamente a Daniela.

Fugitiva [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora