Sakusa kiyoomi, que nombre aburrido

513 67 115
                                    

Tres semanas

Tres sábados

Tres días

Se la pasaban compartiendo miradas en ese cafetería a media carretera o conversaciones cortas

Había veces que la cafetería estaba bastante llena y otras casi vacía

Pero ellos siempre estaban en esa barra

Le encantaban esos lunares en su frente

Y esos ojos

—usas lentes de contacto?— el chico se vio algo confundido unos segundos, así iniciaba una conversación de la nada? Ni idea, no hablaba mucho con otras personas

—no— respondió con tranquilidad tomando una flecha para pegar a esa hoja de su libro— por?

—tus ojos, solo son muy lindos— murmuró acercándose peligrosamente, siendo alejado de un empujón por chico misterioso— que tosco eres, chico misterioso

—que te dije de llamarme así? Rubio idiota

Lo amaba

Hasta le tenía un apodo

Ese tiempo pasaba en pocos intercambios de palabras e intensos intercambios de miradas

Osamu se estaba empezando a preguntar a dónde iba, y a sus padres no les importaba, a menos de que fuera para darle un sermon

Le caía bien el nekoma

Se llevaba bien con kuroo

Pero

Porque?

Cuál era la necesidad?

Nadie del equipo tenía problema, pero, hacer un partido de práctica el sábado?, en serio nekoma?

Porque demonios no le había pedido su número a chico misterioso

—crees que el verde me queda lindo— pregunto, obviamente para recibir un coqueteo o cumplido por parte del contrario

—quédate con el negro— respondió el azabache

—estas queriendo decir que el verde me queda feo?— fingió ofenderse e hizo un puchero

—interpretalo como quieras

Porque no podían tener conversaciones más largas?

Al menos ahora quedaba como idiota a propósito, no era un gran cambio

—chico misterioso, crees que puedo meter quince masmelos en mi boca?— pregunto

Vaya manera de iniciar una conversación

—eres un peligro para la sociedad— respondió el chico con una expresión de 'que'— y un cobarde, haz veinte

Casi muere ahogado esa vez

Pero lo logro

—enojado porque no podrás hacer tu salida común de los sábados?— pregunto samu al ver su estado de ánimo, pero no por preocupación o algo así, el maldito tenía un tono burlesco

—callate samu!— se quejo mientras sacaba sus cosas para subirse al bus a tokio

—en serio tsumu, a dónde demonios vas? Todos los días te vas dos horas y media y cuando vuelves estás prácticamente desprendiendo paz y alegría, que tipo de dios o terapeuta te está sacando de tu estado de ser-un-bastardo normal?

—siempre desprendo paz y alegría!

—le gritaste cerdas chillonas a unas chicas que querían ver tus servicios— recriminó su gemelo, subieron al bus y se sentaron en distintos lugares, el con kita y samu con rintarou, no tenía como defenderse de eso

El chico de la cafeteríaWhere stories live. Discover now