A Louis le está tomando un poco más de la cuenta procesarlo y no quiere ser grosero pero tiene tantas preguntas que prefiere irse por la más obvia.

—¿por qué nunca me lo dijiste?

—me sentía avergonzado—murmura, chupando su labio inferior—Tu escribes y lees libros con más de quinientas hojas, mientras que yo apenas puedo leer una oración sin confundir todas las letras.

—sabes que te hubiera ayudado—balbucea—Hubiera leído para ti. O hecho cualquier cosa para hacerte sentir mejor.

—no quería tu ayuda—escupe, entrecerrando los ojos en su dirección con rencor—Y ahora ni siquiera somos amigos, así que no veo por que te tendría que importar.

Al castaño lo golpea todas las veces que corrigió a Harry de manera tosca y presumida, sin imaginar que pudiera haber un motivo detrás, ya que solo lo veía como una oportunidad para burlarse del rizado.  Entonces, cae en cuenta de que Styles nunca le dijo nada al respecto, limitándose a ignorarlo y cerrar el cuaderno por el resto de la clase para que Louis no pudiera ver sus apuntes.

Era el único tema del que Harry nunca se defendía.

—Harry, no tenía idea—escupe a toda velocidad, sintiendo sus palabras como vomito verbal de lo apenado que se encuentra. El verdadero idiota ahí es él, no Styles—en verdad lo lamento.

—no lo sabías porque yo no quería que lo supieras—Styles levanta una mano, visiblemente fastidiado—De saberlo, me hubieras tratado diferente. Lo último que quiero es lastima.

—no es lastima—se defiende, saltando del lavamanos para encararlo. Es una cabeza más baja que Harry, pero ¿a quien le importa? El punto es que no se dejará poner palabras en la boca—Jamás he sentido lástima porque te conozco y sé de lo que eres capaz, pero me hubiera gustado saberlo para no usarlo contra ti.

—me da igual lo que hubieras dicho—encoge ambos hombros sin mirar a Louis.

—sé que no es así—tuerce la boca y espera un momento a que las palabras se acoplen a su boca—lo lamento.

Harry mira al costado, al techo, al suelo y finalmente a Louis, frunciendo el ceño para después relajarlo en una expresión resignada.  

—bueno, ahora lo sabes—resopla y por su tono da a entender que no quiere hablar mas del tema—cabe aclarar que si se lo dices a alguien o lo mencionas alguna vez, te romperé las piernas.

—jamás—promete, cruzando una equis sobre su corazón. No porque la amenaza sea aterradora, sino por el hecho de que Styles le está confiando algo íntimo y secreto y jamás se atrevería a divulgarlo sin su permiso. Ni siquiera para herirlo, aunque se lo merezca—¿alguien más lo sabe?

—aparte de algunos maestro y mis padres, no. Eres la primera persona a quien se lo digo—confiesa, suspirando—Supongo que algunas cosas nunca cambian, después de todo.

—supongo que no.

Louis sonríe leve al tiempo que los ojos de Harry se dulcifican. Por un momento Tomlinson olvida lo mucho que le odia y ve en su lugar una versión más grande del chico que solía cargarlo en su espalda cuando le dolían las piernas.

Eventualmente, vuelven a la biblioteca y el tema no vuelve a ser mencionado.

Louis permite que Harry continúe guardando los libros y le concede el tiempo que necesite para leer los títulos, sin que se sienta apurado. En algunas ocasiones intercede, y sin que Styles lo note, acomoda los libros que han sido mal organizados.

Golden String • LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora