-Eres mi A-MAN-TE y eso no te da derecho a nada-.

Colgué la llamada con Franco, estaba muy enojada, por más que su intención fuese ayudarme no se dio cuenta de que con eso Aurora menos iba a querer saber de mí.

"Aurora acepto hablar contigo, te espera hoy a las 4pm. Para eso te hablé".

Leí el mensaje de Franco y le marqué varías veces, pero todas mis llamadas fueron rechazadas.

Algún buen pretexto tenía que inventar para ir a Puebla.

Salí al pasillo y vi a Flor con una maleta.

-¿Al fin te largas inútil?-. Le pregunté burlona.

-No señora Bárbara, la maleta es para el señor Damian, tiene un viaje a Puebla-

"No me quedaba de otra más que ir con ese bueno para nada".

-¿A que viajas a Puebla?-. Le pregunte a Damián mientras entraba a su oficina.

-Tengo que arreglar algunos asuntos de la empresa-

-¿Qué arreglarías tú? Si no sirves para nada-

-¿Te parece que no?-. Me dijo besándome el cuello.

-¡Quítate Damián!-. Lo empuje y caminé hacía la puerta. -Me voy contigo a Puebla-

-Por mi encantado-

-Ni te emociones animal, yo tengo que ir a otras cosas..-

-¿Ahora en que andas mi querida hiena?-

-En nada que te importe-. Dije saliendo de ahí.

No fue difícil convencer a Gonzalo de que yo iría también a Puebla, simplemente le dije que no confiaba mucho en las capacidades de Damián, me mostré cariñosa con él y eso fue más que suficiente.

Llegamos a Puebla y yo me baje del coche de Damián unas cuadras antes de la iglesia en donde Aurora estaba.

En cuanto llegue corrí a abrazarla y ella me abrazo también.

-Hija..-. Dije besando su frente

-Hola señora Bárbara..-

-Me dijeron que querías verme ¿Eso es cierto?-.

-Sí, su amigo Franco estuvo aquí y hablo conmigo..-

-¿Qué te dijo?-

-Me dijo cosas muy bonitas de usted-.

Sonreí. Ese hombre era perfecto y era solamente mío.

-¿Sigues muy enojada conmigo Aurora?-

-No, el señor Franco me hizo entender que usted no tuvo la culpa de que nos separaran..pero aún así todavía tengo muchas dudas-

-Y te voy a resolver todas las que quieras mi amor-.

Charlamos un rato más. Aurora aún se mostraba evasiva pero de vez en cuando me dejaba abrazarla y lo mejor era que ella correspondía a cada abrazo que le daba.

-Eres muy bonita Aurora-. Le dije acariciando su cabello.

-Gracias señora-. Me respondió sonriendo.

-Me gustaría que empezarás a tutearme-. Le pedí.

-Voy a intentarlo, lo prometo-.

Después de 3 horas salí de ahí, prometí visitarla cada fin de semana y marcarle todos los días.

Me sentía feliz, mi hija me estaba aceptando y todo se lo debía a Franco.

Quede de ver a Damián en el mismo lugar que me había dejado.

-¿Para que te trajiste una maleta si solo venías unas horas?-. Le pregunté a Damián mientras me subía a su coche.

-Porque no estaba seguro si me iba a quedar más días, pero si tú quieres podemos quedarnos hoy y recordar viejos tiempos-. Llevo su mano a mi entre pierna y me apretó.

De inmediato se la quite y le di una bofetada. -Te dije que no volvieras a tocarme-

-¿De verdad no extrañas lo que hacíamos antes?-

-En lo absoluto Damián, siempre fuiste sólo una distracción..-

-¿Y Franco Santoro no lo es?-

-¿Qué tiene que ver él aquí?-

-Que desde que ese estúpido apareció ya no quisiste tener nada conmigo ¿Tan bueno es?-

-Ni te lo imaginas-. Dije sonriente.

-Te voy a volver a recordar quién es el mejor-. Dijo mientras me tomaba de la nuca y me besaba.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora