Parte IV: 18 años

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Mingyu creía que, en la vida de las personas, siempre habían momentos buenos y momentos malos por igual, por lo que incluso si tenía un mal día, siempre habría uno bueno que lo calmaría y lo haría poder continuar, seguir adelante.

En realidad Hao le había enseñado aquello. Y también se lo había demostrado.

Desde que Mingyu llegó a Chuncheon, en Gangwon, los días habían sido malos.

Él no estaba acostumbrado a ver muchas personas reunidas en un solo lugar, pues jamás había ido a una escuela, pocas veces había salido al supermercado o a una tienda cualquiera. Mingyu siempre había preferido estar rodeado de pocas personas porque así había crecido sólo con tres adultos y un amigo.

Aún así lo intentó.

Intentó ayudar a su padre a hacer las compras, intentó ir a la escuela y hacer amigos, intentó acostumbrarse al nuevo bosque en donde a veces Minghao lo visitaba y podían seguir pasando juntos todo el rato libre de tareas de ambos, jugando y hablando.

Pero aunque la última parte era sencilla, en especial porque ahora Hao y él se veían con mucha más emoción que antes debido a los días que pasaban sin el otro (y aunque no lo quisieran admitir aún, debido también a los sentimientos que comenzaban a surgir a veces, cuando sus manos rozaba o cuando Mingyu había tomado el valor para darle un beso en la mejilla a Hao), las demás cosas no lo fueron.

Le costó acoplarse a hacer las compras, pues se llegaba a perder muy fácil entre las calles y los caminos hasta llegar a su casa. Le costó aún más la escuela, pues incluso cuando siempre había sido inteligente y Jeonghan lo había preparado bastante bien para enfrentarse a un salón de clases, al menos en al ámbito académico, nadie le había advertido lo que sería tener compañeros de clases.

Hao se encontraba tan perdido como él. Ambos niños habían crecido rodeados de adultos, sólo se tenían el uno al otro, a ambos los habían educado como únicos alumnos, por lo que el otro podía entender a Mingyu a la perfección. El nerviosismo por su parte, las constantes miradas de los otros, su tendencia a mirarlo extraño por saber más cosas que los demás. La profesora incluso tuvo que hablar con Seungcheol para que él le informara que Mingyu había tenido un maestro particular por años.

Al principio aquello causó asombro entre sus compañeros, pues ninguno había tenido que estudiar en casa nunca. Al menos hasta que a Mingyu se le salió por error decirles que en realidad Hannie había sido el novio de su papá, al igual que Jihoonnie.

Entonces los niños comenzaron a verlo extraño. Algunos por voluntad propia, otros porque al contárselo a sus padres, éstos les prohibieron hablarle al menor.

Al final todos se habían alejado de él. Otra vez.

Mingyu y Hao estaban confundidos. ¿Por qué a las personas les costaba tanto entender que, como había dicho el papá de Hao, los tipos de amores eran muy diferentes unos de otros, pero todos eran bonitos y correctos mientras no se lastimara a nadie?

 ¿Por qué a las personas les costaba tanto entender que, como había dicho el papá de Hao, los tipos de amores eran muy diferentes unos de otros, pero todos eran bonitos y correctos mientras no se lastimara a nadie?

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The best day || GyuhaoWhere stories live. Discover now