Lalisa Manobal es la futura reina de Tailandia, pero para llegar al poder tiene que tener un lazo de vida ¿podra recordar a la persona que alguna vez amó?
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Dinero, Fama, Poder... estas tres cosas son las principales a conseguir para Lalisa Manobal, heredera del trono de Tailandia, siendo esta la unica hija lejitima de los reyes de este pais, pero para llegar al trono tiene que llegar de la mano de alguien mas, no cualquiera... si no con la persona que compartiria el resto de su vida ¿el problema? Manobal no estaba enamorada.
—ya te dije padre, no me casaré —se limpia con una servilleta la pequeña mancha de la comisura de su labio.
—hija, no por gusto hiciste servicio militar, tu deber es servirle a tu pueblo, dentro de un mes cumples los 25 años es hora de que lleves la corona —dicho eso se levanta de la mesa—solo tres semanas son las que tienes para conseguirte una digna esposa.
—puedo gobernar Tailandia sin nadie a mi lado.
Lalisa Manobal es una chica guapa, muy... guapa la cual sacude al mundo a sus pies, es la persona que quisieras tener para saciar los deseos que sientes con el solo hecho de mirarla, nunca se a envuelto en una situacion amorosa ¿el porque de casarse con una mujer? segun su padre ella fue bendecida por el Dios Buda de Tailandia dandole un regalo entre las piernas para sus futuras generaciones.
—diselo al mundo hija mia, que besen tu nombre!! que se arrodillen ante ti cuando digan "la reina Lalisa" que te adoren!! —levanta los brazos orgulloso- solo casate y veras de todo lo que eres capaz —al terminar de decir eso se retira del gran comedor.
—todos ya me aman padre —dice orgullosa por ser el centro de atencion del pais aun siquiera tener la corona en la cabeza.
La Tailandesa se levanto para caminar al jardin trasero del castillo no sin antes notar a una pequeña chica de cabellos rubios mirando el cielo con tanto afan.
—¿quien eres? —se le acerco a la rubia con el ceño fruncido, esta conocia muy bien al personal de donde vivia y a ella jamas la habia visto.
—princesa, mil disculpas —hace una reverencia para despues guardar silencio.
—¿cual es tu nombre? —por alguna extraña razon sentia que conocia a la chica que se encontraba a su frente y eso le molestaba mucho.
—Park ChaeYoung a su servicio princesa —hace un reverencia sin levantar la mirada, no podria hacerlo simplemente por el hecho de volver a caer rendida a su pasado—soy la nueva ayudante en la cocina.
—me suena tu nombre —algo dentro de Lisa daba a gritos una sensacion que jamas conoció o al menos que no recuerda, su corazón acelerado, la respiracion agitada, las manos sudorosas y el impulso de abrazar a la rubia.
—puede llamarme solo Rosé, princesa —traga saliva esperando alguna reaccion de la Tailandesa, pues quien le habia puesto ese subnombre o apodo fue la misma Lisa, mejor dicho la antigua Lisa ya que esta no la recordaba.
