Capítulo 3: Habitación

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—¿Dónde están mamá y papá?

Él y Yeji ponían la mesa mientras Jake había subido al baño de arriba.

—Pensaron que no vendrías, así que se fueron a la cena de los Kim.

No pudo evitar sentir una pequeña punzada en el pecho al imaginar la decepción de sus padres al creer que no asistiría a la cena de la que habían hablado por meses.

Pero por alguna razón, sintió que algo no cuadraba.

Observó el reloj floreado, colgado sobre la pared frente a él.

Sólo se había atrasado media hora.

¿Acaso sus padres no podían haberle esperado treinta minutos más?

Decidió no pensar en eso. Ya los vería en Navidad.

—¿Por qué no fuiste con ellos, Ji?

La castaña sonrió suavemente antes de acercársele, tomándole desprevenido cuando se lanzó hacia él, envolviéndolo en un gran abrazo.

—Sabía que si vendrías, Hoon. —murmuró contra su pecho.

Cualquier tristeza que pudo haber sentido anteriormente se disipó en cuanto la pequeña le abrazó.

Sonrió, besando su cabello y apretándola suavemente entre sus brazos.

No recordaba cuánto tiempo había pasado desde la última vez que la había visto.

Años atrás, cuando todavía vivía con ella y sus padres, Sunghoon aprovechaba cada segundo que podía para pasar tiempo con ella, ya que su apretada rutina no le permitía verla por más de un par de horas al día.

Por eso, aun cuando volvía de sus prácticas nocturnas con los músculos retorciéndosele del dolor y su cerebro apagándose del sueño, se arrastraba como podía hasta la habitación de Yeji para ayudarle con la tarea o leerle algún cuento, y luego, a la mañana, se encargaba de despertarla y ayudarla a prepararse para la escuela, asegurándose de prepararle aquél asqueroso sándwich de jalea y mantequilla de maní que tanto adoraba desayunar, antes de correr apurado hacia sus clases.

Cuando Sunghoon se mudó, las cosas evidentemente cambiaron.

Ya no se veían a diario, y aunque Yeji le había hecho jurar que se llamarían todos los días, en el fondo ambos sabían que no sería así; Sunghoon estaba demasiado ocupado tratando de equilibrar la universidad con el patinaje (cosa que nunca había sido asunto sencillo), y Yeji ya no tenía a quién sobornar para que hiciera su tarea, por lo que debía enfocarse con mayor intensidad en sus estudios si quería pasar de año en la secundaria.

Sin embargo, su relación nunca se vio afectada por tales cambios.

Se veían un par de veces al mes, y Sunghoon siempre iba a cenar con ella y sus padres durante las festividades, por lo que ninguno se los dos sintió la ausencia del otro realmente.

Aun así, y mientras jugaban a forcejear en su caluroso abrazo, Sunghoon se percató de lo mucho que la había extrañado.

—Te extrañé, rata.

Yeji rio divertida.

—Y yo a ti, mastodonte.

Se soltaron luego de unos segundos, ambos sentándose frente al otro en la gran mesa del comedor.

—Creo que tienes un par de cosas que contarme.

Sunghoon frunció el ceño, tomando un tenedor de la mesa y jugando con él entre sus dedos, muy para el disgusto de su hermana, que tan prolijo lo había acomodado sobre el mantel floreado. Yeji era bastante obsesiva con mantener todo ordenado, y Sunghoon siempre había disfrutado de molestarla con eso, desacomodando todo aquello que previamente había sido organizado por ella.

✦ a little introverted - jakehoon Where stories live. Discover now