12-CAZADORES

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Un muchacho de cabello negro paseaba en la ciudad de Shanghai, observando los altos rascacielos que parecían tocar el cielo del futurista distrito de Pudong.  Llevando encima una larga y gruesa capa negra, que cubría su vestimenta y el guante blanco con detalles en dorado de su mano izquierda.

Shanghai era una ciudad a la cual no visitaba desde hace muchos años, viéndose atraído por descubrir los diferentes continentes y explorar tierras lejanas. Era una extraña coincidencia que aquella Carta Espiritual fuera recibida justamente cuando Nie Huaisang pisaba el aeropuerto de China. Ahora su tan ansiado viaje de diversión, era una reunión para poder hablar con otros Cazadores sobre el futuro de la humanidad y una posible guerra contra los Pilares Demoníacos.

Suspiró agotado por las largas horas despierto en el avión y se decidió a beber un poco de té apoyado en una pared. Sabía que pronto su tranquilidad se vería envuelta en un caos, sobre todo cuando el aroma a carbón y sangre se intensificó como advertencia de una compañía no deseada.

—Lo último que supimos de ti, era que estabas en Canadá... Sin duda eres un Cazador difícil de atrapar—dijo Wen Han parándose delante del muchacho.

Nie Huaisang le dedicó una mirada de desden, mostrando a la vez su guante mientras bebía lo que quedaba en el vaso de un sólo golpe. Apretó el plástico y lo lanzó desde donde estaba hacia un bote de basura, cayendo dentro con facilidad.

—Los Pilares Demoníacos no suelen dejarse ver por tantos humanos. ¿Piensas enfrentarme aquí? Eso sería estúpido.

—No eres el único Cazador de Sangre Pura. Y aunque sigues siendo mi objetivo esto sólo es una advertencia... Pronto tu alma como la de tu aliado estarán siendo usadas para abrir la puerta del Infierno por completo—sonrió el Demonio dejando ver sus afilados colmillos.

—Alejate de él—instó una voz masculina desde atrás.

—Ese aroma... Un Lobo—giró su rostro Wen Han encontrándose con un hombre alto y ancho de ojos fríos y cabello oscuro—. Ahora entiendo por qué pude percibir tu presencia, estás acompañado de un Protector.

—Si ya terminaste, lárgate de una maldita vez. Dudo que siendo tan astuto quieras llamar la atención de quienes nos rodean—insistió Nie Huaisang.

—Nos estaremos viendo pronto—sonrió alejándose entre la multitud de humanos que conversaban ignorantes de lo que ocurría.

—Debiste esperarme—reprochó el más alto.

—No te enojes conmigo Mingjue—se estiró en la pared admirando el cielo estrellado—. Sabes perfectamente que no soporto estar quieto por mucho tiempo.

—La próxima vez avísame para estar atento—gruñó el Lobo.

—Sí hermano, lo haré... ¡Ahora acompáñame a comprar algo que podamos llevar al departamento! Siempre es bueno cuando vas de visita regalarle al anfitrión un regalo...

—Mientras más rápido estemos allí, podremos ayudar. Dudo que a los demás les importe un regalo.

—Pues te equivocas, es un saludo cordial ante nuevos conocidos. Confía en mí, se como manejar estas situaciones—salió corriendo el humano en dirección a la pastelería.

— ¡Huaisang!






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—La puerta al Infierno fue sellada durante la Guerra de los Cien Años, sin embargo una grieta permitió que algunos Demonios de bajo poder y tres Pilares Demoníacos escaparan al mundo humano—explicó Zhuo Cheng acomodando el mapa sobre la mesa central del comedor—. Existen diversos puntos dónde la Energía Oscura se concentra en mayor cantidad. Siendo estos Canadá, Argentina, Egipto y China, si los unes estos forman el símbolo representativo de los Pilares y a su vez, es el modo en que reúnen la energía que desprenden los humanos.

EL PROTEGIDO DEL LEÓN Where stories live. Discover now