Dicen que cuando morimos nuestra alma se reencarnara en otro cuerpo el cuál éste naciendo, dándole una oportunidad a nuestra alma de vivir nuevamente en un nuevo cuerpo y una nueva vida...pero sin el privilegio de poder recordar nuestras vidas pasad...
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Jungkook curiosamente y sin saber el por qué realmente, se encontraba justamente afuera de aquella puerta con el número 311 grabado, su jornada laboral había terminado hace aproximadamente unos 15 minutos, ni siquiera debería de estar ahí ya no era su trabajo aquello que estaba haciendo.
Quiso dar media vuelta y simplemente irse a su departamento pero sin siquiera darse cuenta ya estaba tocando la puerta de la habitación de Taehyung, cuidando ser silencioso debido a que ya era bastante tarde y porque como había dicho antes su hora de salida ya había pasado y simplemente no debería estar ahí.
-Hyung...-Taehyung se asomó levemente por el pequeño espacio que dejo al abrir la puerta- Entra rápido...-Un jalón en su brazo derecho lo desestabilizo un poco adentrado su cuerpo en la habitación la cuál estaba oscura.
-¿Taehyung?- Susurro su nombre en la oscuridad mientras intentaba encontrarlo con sus brazos ¿Cómo se le perdió en tan solo un segundo que soltó su brazo?- ¿Dónde estás?- una respiración en su nuca lo sobresalto de sobre manera provocando que se volteara abruptamente perdiendo el equilibrio por lo que término cayendo al suelo soltando un suspiro de resignación al no saber que estaba haciendo ahí realmente- Será mejor que me va...-Una caricia en su mejilla silencio su hablar, sintió un escalofrío que le recorrió por completo, un espasmo extraño que le hizo sentir como si aquella caricia fuera correcta, sintió el cuerpo del menos colocarse encima de el, sintió como su cuerpo temblaba de emoción al esperar la próxima acción del contrario.
-Jungkook...- Susurro su nombre en el aire, su voz era un poco aguda e infantil normalmente, como la de un niño pequeño...pero ahora se escuchaba tan suave y tan neutra que simplemente parecía otra persona.
El azabache por un momento no cayó en cuenta que Taehyung estaba enfermo.
-Taehyung...- Su nombre salió de entre sus labios como un suspiro nervioso, debería irse. Sabía que debía irse lo antes posible de ahí pero simplemente no podía, una fuerza ajena le impedía irse por aquella puerta.
Sintió las piernas de Taehyung una en cada lado de su cadera, lo sentía tan cerca que ya comenzaba a sentía abrumado.
-Creo qué...- Su hablar se vio interrumpido cuando sintió una leve presión sobre sus labios la cual lo dejó atónito, nunca había tenido un contacto tan íntimo como aquel con ninguna persona, a sus 25 años Jungkook nunca había dado un beso y no porque no quisiera si no que nunca había tenido una oportunidad para hacerlo, el no era el tipo de chico que le gustará a las chicas comúnmente.
Se sintió cohibido cuando paso de ser un simple tacto a algo más húmedo y profundo, abrió su boca al igual que el contrario dejándose llevar por aquella nueva sensación que le erizaba todo el cuerpo, sintió los labios contrarios encajar con los suyos, sus pulmones comenzaban a pedir aire...pero el no podía detenerse, y ese iba a ser su mayor problema, se haría adicto ha aquel sentimiento que el menor le causaba en el, aquellos labios contra los suyos serían su perdición.
