𝕊𝕨𝕖𝕖𝕥 𝕒𝕟𝕕 ℍ𝕠𝕟𝕖𝕪 1: 𝔸𝕡𝕠𝕔𝕒𝕝𝕪𝕡𝕥𝕚𝕔 𝕎𝕖𝕚𝕣𝕕𝕞𝕒𝕘𝕖𝕕𝕕𝕠𝕟

ℙ𝕣𝕖𝕝𝕦𝕕𝕚𝕠

Las historias tienen un inicio y un comienzo, acompañada de aditamentos de entretenimiento. Pueden hablarte de una leve narrativa del entorno que podría llevarte a un pequeño viaje de imaginación de ida y vuelta, hasta con 5 párrafos plagados de 600 palabras. Oh puede ser la narrativa del punto de vista del inicio del protagonista de la historia, quizás el protagonista se encuentre en un lecho de la vida o muerte que podría cambiar el transcurso de la historia, o puede que se esté preparando un tentempié en la cocina antes de iniciar su relato a las tres de la madrugada. Pero este no es el caso.

Mi historia es corta y tiene que hablar desde el principio, desde ese día que me metí por error con relacionarme con una maldita Pines. De cómo esa odiosa chiquilla preadolescente, me hizo sentir ese deseo mundano... al cual todos los humanos son esclavizados en cuerpo y alma. Esa falta de afecto, la necesidad de contacto piel con piel y la voz que solo me provocaba escucharla con fervor, no importara que dijera era suficiente para tenerme en espera de su regreso.

Ella me dijo antes de irse que se llamaba "amor". Aunque yo lo llamaría "Maldito embrujo que me tienes Pines", en cuanto la viera yo mismo acabaría con esa mocosa impertinente.

Esta es mi historia de cómo olvide desatar el maravilloso infierno en el mundo que proclame conquistar, y lo termine desatando en una cama y en una habitación dentro de mi castillo.

Les seré muy sincero, claro pero soy un demonio de los sueños con millones de años de antigüedad, pero como todo demonio tenemos nuestra forma de gastar el tiempo. Yo lo invertí rompiendo leyes en diferentes mundos y universos, estaba harto de seguir el reglamento de los altos mandos del tiempo y sus leyes planas y aburridas que solo mantenían el orden del multiverso, así que decidí huir y crear un ejército de los criminales más buscados del multiverso.

Un poco más allá del desorden, la destrucción, el caos y la locura ayudarían a quebrar esas odiosas leyes que había atado a cada universo en su régimen de gobernación. A donde iba dejaba mi rastro y firma. El bebé tiempo se dio cuenta de inmediato de la oscuridad que había desatado. Envió a sus agentes de corrección de la línea de tiempo, pero fue en vano sus esfuerzos, porque yo tenía hambre de poder.

A cambio de conocimiento de otros universos y aliados, forme una serie de tratos con diferentes especies; criaturas poderosas del inframundo, humanos que cambiarían el curso de su mundo, y demonios de las pesadillas que estaban dispuestos a seguirme con la condición de liberarlos.

En mis viajes tuve que desechar varia parte de mi tiempo, Kriptos mi buen aliado y criatura de las pesadillas fue el que me aconsejo dar un respiro. Probar cada uno de los mundos que había visitado, costumbres y estilo de vida. Cambiar el aspecto de demonio por el suyo.

En cada lugar era recibido y cada multiverso podría ser lo que yo quisiera; un dios de la destrucción, un salvador para ellos, un simple criatura que vendía artículos malditos a un precio alcanzable, un dragón que podría amenazar en cualquier momento el fin de su reino, un humano... que solo hacia tratos y desaparecía al acabar el día.

El viajar e infringir terror y pánico a cualquier criatura que me viera en mi forma original, solo significaba una cosa; "tú mundo está en peligro". Eso fue hasta que conocí a mis otras versiones a las cual diré y nombrare hermanos. Pero esa no es la historia que busco contar.

Un universo llamo mi atención el 46¨/ era el único lugar que no había conquistado, pero tenía una vasta cantidad de energía negativa que acumulaba y llamaba a toda rareza, criatura y ser del inframundo a cometer todo tipo de destrucción y locura. Necesitaba ese dominio en mi poder y para liberarlo solo tenía que ir a la tierra. Tuve la dicha de ser invitado por varios humanos, que buscaban poder y conocimiento. La avaricia y la codicia de tener todo y no dar nada a cambio, típico de los mortales. Fáciles de engañar y perfectos para el plan de arruinar su propio mundo.