¿Él está bien?

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Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, intenté levantarme pero me golpeé con algo en la cabeza. Me fijé bien y.. Espera, ¿donde estaba? ¡Estaba en el maletero de un coche! Sentía que me faltaba el aire, estaba muy nerviosa, entonces recordé lo que había pasado, Raúl me inyectó un liquido que hizo que me durmiese. Intenté relajarme, estar nerviosa no serviría de nada. Sentí que el auto se paraba. La puerta del maletero se abrió dejándome ver a Raúl.

—Pero si la niña se a despertado. ¿Como dormiste princesa?

—Mejor que tú seguro.

—Yo duermo bastante bien.

—Callate que te huele el aliento hasta por teléfono.— escupí molesta de que hiciera esto. Sí, en realidad yo estaba asustada, pero no le demostraría mi miedo a alguien como él. Me agarró del brazo y tiró de mi para que saliera del coche. —¿Que es esto? ¿Por que me traes aquí? ¿Donde está Izan?. — Él solo rió y tiró mas fuerte de mi, le metí una patada y él se encogió de dolor —¡CONTESTAME!

—Pero que niña mas tonta, con la violencia no se consigue nada. Las cosas hay que hablarlas, haber si la próxima vez haces caso a mis consejos.— siguió tirando de mi hasta que nos adentramos en un edificio, la fachada era muy bonita, nunca pensé que secuestraban a la gente en lugares así. Cuando entramos, me fijé en el interior de la casa y era todo lo contrario a su fachada, parecía que hacia años que nadie pisaba esa casa, y que estaba habitada por animales. Nos dirijimos a una habitación, pero antes de entrar a la habitación me inyectó el mismo liquido que la otra vez. Me empujó hacia dentro y lo ultimo que pude ver fue la silueta de una persona.

—¿Tam? Eres tú Tam, ¿Pero que te han hecho pequeña?— y mis ojos se cerraron.

Izan.

Vi como empujaba a Tam y ella caía en el suelo.

—¿Tam? Eres tú Tam, ¿pero qué te han hecho pequeña?— sus ojos se cerraron, me daba mucha alegría verla de nuevo, pero no quería que ella estuviera aquí, Raúl me prometió que si hacia lo que me decía, no le haría nada a Tamara. Observé la puerta y ahí estaba él, observándome con una sonrisa cínica.

—¿Por qué la has cogido?

—Te dije que hicieras lo que yo te dijera, y yo no te dije que llamaras a Tamara por teléfono para decirle que yo era el culpable de todo, ahora tendrás que hacer lo que yo te diga para salvarle si la amas de verdad, lo harás.

—¿Que tengo que hacer?

—De momento, solo tienes que tratarla bien, mañana te diré el plan.

—Vale.

Me senté en el suelo al lado de ella esperando que despertase, pero tardaría horas. La cogí entre mis bazos y la abracé fuertemente, estuve así hasta que se despertó.

—Tamara— dije alegre.

—¿Izan? ¿Que haces abrazandome?

—¿Por que no iba a abrazarte pequeña? Si yo te amo.

Tamara.

—¿Por que no iba a abrazarte pequeña? Si yo te amo.— con esas palabras se ganó un beso mio, era extraño estar de nuevo junto a él. Le quería tanto que aunque puede ser que me maten en unas horas, estaba feliz por estar con él a mi lado, conmigo. Se que él me protegerá siempre.

—Te he echado de menos, no vuelvas a ser tan tonto como para dejarte manejar por Raúl.

—Lo hice por ti Tamara.

—No quiero que hagas nada por mi, si me tiene que pasar algo me pasará, por que hagas caso a Raúl no vas a conseguir nada, si me tiene que matar me matará, solo te está utilizando.

¡Juguemos! {EDITANDO} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora