Junmyeon siente que se le desgarra el corazón por su madre que sumisamente aceptó su destino y se amoldó al juego de su marido, y le dio hijos, y se mantuvo junto a él todos estos años como una buena y obediente sombra... 

Quizás él tiene mucho más de su madre que de su padre...

-¿En qué piensas? Estás tan ensimismado hoy...- su padre negó con  la cabeza expresando su disgusto.

Junmyeon lo miró largamente como si quisiera entrar en la mente de su progenitor y ver al verdadero ser que vivía ahí. Estaba seguro de que no lo reconocería. Su padre era bueno pretendiendo, por eso era exitoso en los negocios, su cara de poker no vendía nada más que lo que él quisiera mostrar.

Estaría bueno decirle a su padre en qué estaba pensando. Oh, si, sería maravilloso. Cómo la rabia le haría poner roja la cara o cómo le iba a latir la vena de la frente si él le dijera que salió de la ciudad a los suburbios y, medio borracho, se dejó masturbar por un hombre desconocido mientras este restregaba su polla entre sus nalgas hasta que los dos se corrieron apoyados en un sucio muro de un cochambroso pasillo trasero de bar de cuarta. ¡Ja! Ya veía los encabezados de los periódicos: "El ilustre señor Kim, CEO de la financiera multinacional Kim, es sacado en camilla tras un ataque al corazón en un reconocido restaurante capitalino".

Junmyeon carraspea la garganta para disimular una risita sarcástica. No está bien burlarse de un posible infarto paterno pero ya puede irse el mundo a coger por el culo... Él también quiere ir. ¡Invítenme! Una grotesca carcajada sale de su boca sin que pueda hacer nada para evitarlo. Demasiado alto. Levanta la vista para ver a su padre con los ojos muy abiertos y una mirada de total asombro.

-¡Por dios, si que estás extraño hoy!- bufó el hombre - Hazme el grandísimo favor de irte al lavabo y refrescar tu cara. Tómate tu tiempo, en definitiva, este hombre está demorado hoy. Regresa cuando estés seguro de actuar bien tu papel.

Estaba siendo reprendido. Justo como cuando era niño y lo mandaban a la cama por portarse mal. Siempre sería así. Haz esto, cumple con lo otro, párate derecho, no sonrías demasiado, cuida tus formas, no hagas excesos,... y así hasta el infinito. Pero él nunca hizo berrinche por nada, ese era BaekHyun, el eterno rebelde malcriado.

Él solo obedeció. Era el hijo mayor, el que continuaría con el nombre familiar, el futuro del legado paterno. Quiso a su padre siendo niño, lo admiró en su adolescencia y en su juventud deseó ser su orgullo y tener su aceptación. Pero todo se vino abajo por la forma en que el perfecto señor Kim manejó a su hijo menor cuando este se declaró gay.

"¡Princesa, cuán reprimido estás!"

Se puso de pie sin decir ni una palabra. Se fue al baño. A veces pensaba que algo malo había en él. ¿Por qué no podía decirle a su padre, sencillamente: "no quiero estar aquí"? Seguido de algo como: "ya habrán otras oportunidades para estrechar lazos con tu socio". ¿Era eso un crimen? Ahora sabe que su amor filial y respeto fue malinterpretado, donde él quiso ser un buen hijo su padre solo vio una marioneta, donde él buscó una oportunidad para demostrar su valor y su padre lo puso a la sombra exigiendo que asintiera con la cabeza a todo y nada más.

Entró al lavabo, pulcro y con estilo como todo en el lugar. Junmyeon arrugó la boca, era solo un cuarto de baño. Escogió el último de los tres cubículos de la habitación y se encerró dentro. Bajó la tapa del baño y se sentó. Increíblemente se sentía más a gusto allí que en la mesa con su padre. En el retrete nadie tiene que fingir una sonrisa si le duele el estomago. ¡Ja, ja, ja! No pudo evitar reírse para sus adentros. Cerró los ojos con cansancio. Su mente fue atrás...

Recordaba la temperatura exacta del cuerpo ajeno, la sensación de su mejilla rozando su cara en aquella especie de caricia rara, sus manos... pero sobre todo, su voz hablándole al oído: ...princesa, princesa... Una voz de hombre que lo calaba hasta los huesos.

Hyung. La entrega.Where stories live. Discover now