30. Adam al rescate

Start from the beginning
                                    

Hayes no pudo haber dicho: "termina con tu novio, para que estés conmigo".

–Solo porque tu novio es sexy —habló Chris, lo miramos raro, en especial yo —. ¿Es malo que opine sobre un hombre? —lo ignoramos.

–Miren, me importa un pepino sus amores, solo tenemos un día para nuestra competencia, así que... —dijo Patrick, lo miramos impresionados.

–Que confianza —habló Brandon, Patrick rodó los ojos.

–Hagan abdominales —nos quejamos —. Sí, así es, ahora —hicimos lo dicho.

–¡El ejercicio no sirve en esta cosa! —dijo Adam.

–¿Me importa? —dijo Patrick cruzado de brazos —. Fortalece sus brazos.

–¡Otra cosa Patrick! —gritó Chris.

–¡Deja de llorar Chris! —le gritó de vuelta.

Llegamos al punto de que al fin tiraríamos, me pusieran la prueba difícil de unos cien metros. Casi siempre fallaba en esto.

–Tu puedes Carpenter, es como tirar de un arma, un pie por detrás, torso derecho y sin pensarla mucho —me quedé anonadada y dejé mi posición para verlo.

–¿Por qué me pones el ejemplo de un arma? —rodó los ojos.

–Es un ejemplo Carpenter, dios.

–Solo te aviso que jamás en mi vida tocaré algo como eso —seguí su explicación y dejé que la flecha se fuera.

Sonreí cuando había estado un poco más al centro.

–Buen tiro —pensé que era Patrick cuando volteé a verlo, solo era Hayes quien sonreía.

–Gracias —le devolví la sonrisa sonrojada.

–Deja al novio Carpenter, tenemos que practicar —Patrick agarró de mis piernas y me cargó, alejándome de Hayes.

*

–¿Y luego? —habló Sean mientras ponía una gota en el matraz. Y dejó caer el cigarrillo fuera de la ventana.

Como por quinta vez en lo que llevamos de juntos en esta materia. La rutina era que él fumaba y cuando terminaba le daba goma de mascar para quitar su mal aliento.

–Yo que sé, tiene que hacer ¡pum! —lo miré tratando de convencerlo.

–¿Pum? ¿Es en serio? —me miró raro, asentí.

–No recuerdo muy bien ¿sí? Se supone que... —luego de hablar la mezcla que habíamos me interrumpió. Había lanzado el líquido fuera del vaso, esta vez Sean y yo nos apartamos de la mesa.

–¡Oh mierda! —gritó Sean al ver todo el desastre.

–Carpenter, Sanders —la maestra nos mostraba su mejor sonrisa aunque de inmediato la quitó a una seria —. Eso fue pésimo, tienen cinco en el proyecto —se alejó, Sean le sacó el dedo corazón, bueno, ambos.

–Buen trabajo niña —me dijo Sean, lo miré mal.

–Si hubieras puesto una buena parte, tendríamos un diez —el timbre sonó y de inmediato todos salimos.


       —Quiero la representación de un país, hagan una escultura o una pintura —dijo el profesor anotando en la pizarra —. Pueden hacerlo en parejas, si quieren —instantáneamente Hayes y yo nos miramos.

–Cariño, ¿quieres ser mi pareja de proyecto? —me extendió la mano.

–Con mucho gusto querido —puse mi mano sobre la suya, la besó.

•Siempre te amaré || #1Where stories live. Discover now