Thomas había sido el amor de mi vida desde que éramos pequeños. Fuimos compañeros de secundaria y novios los últimos años. Yo era la mejor de mi curso, la que ganaba concursos y lograba todo mientras que él era ese chico popular que todas aman. Capitán del equipo de baloncesto, guapo y musculoso, era todo lo que las chicas querían.

Sin embargo, decidí dejarlo cuando no pude cumplir las expectativas que él esperaba de mí en su vida. Él quería casarse, tener hijos y ser feliz de un modo que yo no estaba preparada para afrontar. Acepté su proposición de casamiento entre velas y fuegos artificiales, aunque al día siguiente lo pensé mejor y decidí negarme. Eso nos arruinó por completo y obviamente dejamos la relación para siempre. Thomas no era un simple chico para mí, pero tampoco estaba preparada para dejarlo todo en mi vida. Quería triunfar, tener mi propia empresa, ser una mujer completa en los negocios y no haber pasado tantos años estudiando para nada.

Nunca supe cuando nuestros caminos se separaron, cuando empezamos a querer cosas diferentes y él decidió que quería una vida más normal. Pero cuando nos separamos jamás creí que mi hermana iba a tratar de atraparlo. Un año después ella me indicó que se iba a casar con él y yo me quedé sorprendida. Y ahí estaba, frente al espejo luego de la despedida de soltera de mi hermana. Solo habían pasado dos meses desde su anuncio y por un momento creí que sería mentira y no durarían nada.

Por supuesto, nada salía como yo quería.

Me di una ducha, dispuesta a encarar la situación y las consecuencias de mis actos más tranquila. Me puse la misma ropa, sintiéndome sucia a pesar del baño, y entré a mi habitación completamente renovada. Para mi sorpresa, él seguía roncando como si nada sucediera. Caminé haciendo ruido, golpeando muebles de manera voluntaria y esperando que se despertara de una buena vez. Seguramente había sido muy bonita la noche anterior, pero ya estaba dentro de mis cabales y no quería vivir más.

Tomé mi teléfono y me senté en la cama, aunque volvía a sentirme sucia con solo hacer eso. Lo primero que hice fue buscar en mis redes sociales esperando que no existiera ningún tipo de fotografía o videoclip borracha que luego me diera vergüenza, aunque incluso ebria sabía que no estaba bien que hiciera eso. En mis redes incluso tenía a clientes y no podía imaginarme lo que pensarían si me vieran gritando "Its raining men".

Lo siguiente fueron las fotografías que sí había tomado yo y mientras pasaba por la galería mi boca iba abriéndose cada vez más.

—Esa es mi favorita —dijo una voz detrás mío señalando la imagen que yo estaba sobre un cuerpo masculino lamiendo con mi lengua la sal, con el vaso de tequila en una mano y el limón en otra. Oh por Dios. Luego me di cuenta que mi mente no tenía voz masculina y pegué un grito soltando el teléfono, que cayó al suelo con un ruido seco.

Estaba frente a todo lo que mis amigas dirían, un papito, y no podía creer que realmente todo eso fuera real. Cabello castaño oscuro despeinado, ojos claros entre verdes y marrones y una barba crecida pero muy prolija. Y era enorme. Realmente enorme, yo quedaba pequeña ante ese cuerpo y por un momento sentí la necesidad de quedarme pegada a él. Hasta que me di cuenta que mal sonaba eso y que loca me estaba comportando.

—¡Casi me matas de un susto! —grité furiosa, poniéndome de pie y tomando el teléfono que lamentablemente se había roto la pantalla. Aunque solamente era el vidrio templado, así que no estaba tan preocupada. ¡Más preocupada estaba por lo que había sucedido ahí!

Me miraba con una expresión divertida, como si estuviera riéndose de todo lo sucedido y al mismo tiempo esperando que me volviera loca por todo lo que pasaba. ¿Qué me habían dado la noche anterior? Yo jamás llevaría a un stripper a mi casa, mucho menos a mi casa. Ni siquiera tenía aplicaciones de citas porque eso me daba temor.

Seguí pasando las fotografías de la galería y no reconocí a la Allison que estaba en cada una de ellas. Yo bailando sobre una mesa, saltando, tomando, con penes de juguete en las manos y con ese desconocido a los besos.

—A veces pasa conmigo, estoy acostumbrado —dijo mientras se ponía de pie y yo lo veía totalmente desnudo. Alcé mis cejas porque la sorpresa era grande y no todos los días veías semejante especimen desnudo. Vaya, que bien que estaba. ¿Yo había podido con todo eso? Meneé mi cabeza tratando de ignorando mis pensamientos pervertidos y me crucé de brazos tratando de enfrentarlo, aunque él imitó mis movimientos sin taparse. Todavía desnudo—. ¿Qué sucede?

—¡¿Qué sucede?! Mira, no sé ni cómo te llamas, pero entiendo que seguro tuvimos una noche muy... interesante. Pero no recuerdo mucho y...

—Lo sé, me dijiste que no ibas a recordar nada. Por eso firmamos un acuerdo y firmaste un cheque.

Espera.

¿FIRMÉ UN CHEQUE?

Tomé con manos temblorosas lo que el extraño me pasaba y leí en voz alta. Aquel acuerdo decía dos cosas:

Había contratado al tal Nicholas a la boda de mi hermana, para que sea mi cita y fingiera ser mi novio.

Le había pagado una fortuna.

Había pagado por sexo.

¿Tenía que pedir un préstamo por acostarme con un stripper y contratarlo como 'chico de compañía'? Sí, aunque estaba segura que el banco no iba a tomarlo si le explicaba exactamente esas palabras.



Nota de autora:

Hola belles! Espero que les guste esta novela ♥ Anteriormente estuvo en otra plataforma y ahora está aquí disponible para todes. Espero que la disfruten tanto como yo. ¿Les gustó? ¡Los leo!

Quiero robarme al novio [Terminada]Where stories live. Discover now