Xiao Zhan estaba realmente consciente de no decir de manera disimulaba a Yibo lo que quería. Bueno.

Pero Yibo asintió callado, de acuerdo con Xiao Zhan.

Silencio, silencio otra vez. Eso era doloroso, ambos sabían cientos de miles de cosas que decir pero ninguno quería empezar. Xiao Zhan rodó los ojos, decidiendo terminar con toda la incomodidad.

—Yibo...—Respiró. Esto tenía que ser superado. Aunque todo le gritaba que permaneciera en silencio, habló de todos modos. Muy Xiao Zhan. Forzó su voz a hablar, no quería callar —Lo siento, no debí haber...esto fue...

—Xiao Zhan...—Yibo suspiró, ya sabiendo lo que Xiao Zhan estaba intentando decir y no podía negar que lo hacía sentir cálido por dentro. Aún le importaba a Xiao Zhan, por supuesto que sí —Esto no fue tu culpa ¿de acuerdo?

—Pero...no, exageré. Realmente no debí haber...yo solo...enloquecí y me volví muy necio, no lo mereces. Sé que no quisiste lastimarme, sé eso y lo sien-

—No digas eso, idiota —Yibo interrumpió con una sonrisa en el rostro —dije que estaba bien. No tienes absolutamente nada de culpa en esto. Creo que necesitaba esto, pensar que podría perderte. Necesitaba darme cuenta de cuánto no quiero que suceda.

—Quizá intenté cambiar todo drásticamente, muy rápido. Debí haberte dado tiempo. No debí haber esperado que cambiaras por mí en lo absoluto, No puedo pedirte eso...

A eso, Yibo estuvo atontado por unos minutos que ni siquiera supo cómo formar las palabras, aunque Xiao Zhan no notó eso porque su mirada estaba en el suelo. Yibo rápidamente tomó una decisión, caminó hacia Xiao Zhan quien estaba cerca a la puerta cerrada un poco incómodo.

— ¿Es eso lo que piensas? —Preguntó casi en un susurro, llevando una mano a la mejilla de Xiao Zhan, haciendo que lo mirara a los ojos.

Xiao Zhan finalmente se atrevió a fijar sus ojos con los del Alfa una vez más y vio que estaba con la guardia baja —Yo... ¿qué?

—Xiao Zhan —Yibo suspiró — ¿realmente piensas que el antiguo yo es el verdadero yo? ¿Crees que me estas volviendo a algo que no soy?

—Yo...no, bueno, no pero yo...solo...no debí haber...si necesitabas tiempo, yo...

—Nunca, jamás, ni por unos minutos, pienses que no quiero esto con todo el corazón. Que no quise escapar de ese jodido mundo ahí afuera en que el que estuve involucrado cada vez que te miraba últimamente. No intentaste cambiarme, Xiao Zhan. Solo viste que necesitaba una patada en el trasero antes de que pudiera tener el coraje de salir y tomar lo que quería y tú me diste esa patada que necesitaba ¿cierto? Créeme. Tienes que creerme. —Al final su voz sonaba en pánico, Xiao Zhan tenía que creerle esta vez.

—Yo...—Xiao Zhan lo miró con grandes ojos y cuidadosamente alzó una mano para coger su hombro gentilmente. —Sí, Dios, por supuesto...lo sé, sé a qué te refieres con todo lo que me has dicho y...ya sabes, pero...

—Ningún pedazo de mi corazón va para esos chicos ¿de acuerdo? Tienes que confiar en mí.

—Confío en ti —Xiao Zhan susurró asombrado de la intensidad que Yibo ponía en sus palabras, haciéndolo incapaz de decir algo más, incluso si quisiera.

Yibo lo jaló para envolverlo en un abrazo fuerte, sus brazos alrededor de la cintura de Xiao Zhan, mientras el Omega envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Yibo.

—Gracias, Xiao Zhan. —Yibo murmuró. No estaba enteramente cómodo con expresar sus sentimientos cara a cara. A Xiao Zhan no le interesaba, sabía que Yibo ya había hecho un asombroso progreso y no podía estar más orgulloso de él ahora. —Gracias por no rendirte y creer en mí como tú lo hiciste. Por aguantarme, por amarme por lo que soy. ¿Sabes cuántas personas han hecho eso antes que tú? Nadie, nadie alguna vez lo hizo y no confiaba que alguien lo hiciera tampoco. Pero confío en ti. Confío en ti con todo, aunque no sé cómo sucedió.

My Only ExceptionWhere stories live. Discover now