Capítulo 1 - Humano.

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-realmente me sorprendiste, me alegra que sigas con vida.- al decir eso acercó la bebida, pero ella cerró sus labios y apartó aún más su rostro. -no me interesa humano, ni creas que estoy agradecida contigo.- contestó fríamente a sus palabras. -no te preocupes, no sé lo que te haya pasado, pero no estaba bien dejarte ahí.- comentó, notó segundos después que aquella chica no aceptaría la bebida, así que dejó de insistir.

en una de las tantas cosas que cayeron al suelo, recogió algo que parecía ser una cajita, abrió y sacó algo de lo que parecía ser crema y posteriormente comenzó a frotar con delicadeza las piernas de la chica.

-oye, qué- qué estás haciendo!.- alterada y enojada reclamó ante el repentino tacto que se generó, la mirada del joven le señaló confuso. -esto te ayudará con las quemaduras.- explicó, nunca había sido tocada ni por los mismos hijos del rey demonio, ahora un humano ponía su piel sobre ella. o al menos lo que quedaba de esa parte.

-no te preocupes, pueda que te arda, pero al menos servirá un poco.- aplicó la medicina y sobre ella le siguió unas nuevas vendas, ahí comprendió que no lo hacía lascivamente, además por qué debería hacerlo, si su belleza ni hermoso cuerpo estaban presentes para causar algún sentimiento lujurioso al joven, en realidad era bastante amable y gentil.

-Meláscula.- pronunció repentinamente, tan débil que apenas si emergió de sus lábios. 

-¿dijiste algo?.-se detuvo, mirando directamente al rostro de la demonio. -Meláscula es mi nombre humano tonto.- exclamó, unos instantes se mantuvieron así, hasta que una risita emergió del Son.

-es un nombre extraño, nunca lo había escuchado.- comentó y siguió en lo suyo. -pero es lindo, es un gusto Meláscula-chan.- un humano, un humano pronunciaba su nombre con tanta alegría, no creyó ver el día en que lo vería.


le miró, le miró sin detenerse a cada hora del día, cocinaba como cada humano debe hacerlo si quiere sobrevivir, el almuerzo de ese hombre se habría arruinado cuando trató de obtener su alma, pero no pareció importar.

-esta madriguera es muy pequeña.- comentó, algo confuso se giró para ver a la demonio desviar la mirada cuando dijo eso. -a qué te refieres melascula-chan?.- indagó, trayendo solo más incomodidad a la chica. -las madrigueras de los humanos suelen ser mucho más grandes, hay crías de humanos y humanas también.- mencionó luego, al comprenderlo de alguna manera rascó su cabeza, luego de eso sonrió y solo regresó la mirada de nueva cuenta en la cocina.

-supongo que te refieres a mi casa.- concluyó a la vez que picaba algo de verduras sobre la mesa. -vivo solo y para conseguir una más grande debes vivir en una villa, además por ahora no tengo hijos de los que deba preocuparme.- explicó, la mirada oscura de la dama se dirigió hacía la espalda del Son.

al escucharle entendió un poco más la situación, después de todo se miraba joven, no habría conseguido pareja o algo por el estilo y eso que incluso para ella era algo atractivo.

-pero me gusta vivir de esta forma, la vida en el campo es más tranquila.- dejó de hacer lo que hacía y caminó hacía ella. -es hora de cambiar las vendas.- explicó y tomó más de las prendas y de aquella crema.

-pierdes tu tiempo.- algo enojada habló ante el tratamiento. -mi cuerpo no se recuperará con eso.- explicó, en parte tenía razón, no era un cuerpo que fuese suyo desde un principio, el miasma que le dio esa forma se habría incinerado solo dejando esa pobre forma.

 -pero estoy seguro que te duele.- reprochó y no hizo caso, solo siguió tratándo la piel que aunque no regresaría a su estado original tal vez podría calmar el dolor, tampoco es que ella le importase ahora el estado de su cuerpo pero sí que tomaría venganza por eso, haría pagar caro a quien le dejó de esa forma.

Amor Entre Mundos DistintosWhere stories live. Discover now