Cuando Mara dijo que sí

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15 de septiembre de 2026

Mara se había levantado más feliz que nunca. Aquel día debían recibir una nueva noticia del ministerio, pero, sobre todo, estaba feliz porque Henry había dormido de corrido 12 horas, y su padre había quitado ese estúpido horario que lo estaba matando.

Eran las 10 de la mañana, y ambos habían dormido más de la cuenta, porque estaban agotados, tanto por el trabajo, como por la maratónica noche que tuvieron en la biblioteca que usaban de despacho, como en su propio dormitorio.

Se despertó con medio cuerpo desnudo sobre Henry, mientras el chico de cabellos mieles la tenía abrazada por la cintura. Mara se dio el tiempo de apreciar a su novio mientras dormía. Parecía un ángel. Por más que su hermano la molestara diciendo que estaba como loca por amar tanto a Henry, ella no se arrepentía de las decisiones que la habían llevado a él .  Por más premios y reconocimientos que ella obtuviera por su trabajo, siempre iba a ser Henry Ström su mejor descubrimiento.

Delineó con el dedo una de sus mejillas. Henry era su mejor regalo por varias razones. La primera, era de ella, y no en una forma posesiva, ni que fuera un mueble. Era su colega, su compañero, su amigo y su amante. Henry Ström había sido su complemento perfecto.

En segundo lugar, Henry se había ganado un lugar en el corazón de las personas más importantes para Mara, su familia. Desde que Mira había caído en sus encantos, nadie en la familia pudo siquiera meterse con el muchacho. Mara estaba agradecida, de cierta manera, de que su hermana le hubiese cogido tanto cariño. Eso había facilitado mucho las cosas.

Pero había una tercera cosa importante- dentro de todo lo que ella pudiera mencionar- Henry la quería por ser Mara. No por ser una Malfoy, no por su dinero, no por su estatus. Henry hacía de sus días, los más lindos. Desde su pequeña y acogedora casa, hasta los paseos por el bosque. Con Henry, Mara aprendió a querer las pequeñas cosas de la vida. No necesitaba de grandes joyas, ni de mansiones. Ella solo necesitaba de Henry y sus preciosos hoyuelos.

Había aprendido a apreciar las caminatas por el bosque, los desayunos en la cama, las lecturas en silencio, y los chocolates suizos sin nueces. Henry le había enseñado a apreciar los pequeños gestos. Y ella realmente no necesitaba nada más para ser feliz, que la comprensión de su novio.

-Estás siendo una acosadora- dijo somnoliento. Mara rio y dejó de acariciar su mejilla. Henry no dejó que retirara la mano, y la tomó con su mano para acercarla a sus labios y besarla. Mara se derritió allí mismo, y se preguntó si podría llegar a ser más feliz.

- ¿Dormiste bien? - murmuró la chica dejando un beso en su mejilla. Él asintió.

-Agradezco que hablaras con tu padre- murmuró el chico sin abrir los ojos- aunque no era necesario.

- ¿Cómo...? - Mara no pudo finalizar su pregunta, porque Henry se medio giró abrazándola completamente, dejándola boca abajo en aquel movimiento.

-Rachel- murmuró, mientras trazaba pequeños círculos sobre su espalda- olvidaron poner un hechizo silenciador.

-Yo... ¿lo siento? - sonó más a pregunta, y Henry rio, mientras dejó un beso en la espalda desnuda de la mujer.

-No importa- suspiró- realmente lo agradezco, aunque me hubiese gustado que me lo comentaras- Mara se sonrojó un poco ante la mirada del chico. Avergonzada de haber sido descubierta- ya sabes, no me gusta que tu padre piense que...

-Dejé en claro que tú no tenias idea de lo que estaba pidiendo- dijo ella girándose- sé que acordamos de no aprovecharnos de nuestra relación en el trabajo, pero papá estaba siendo un cretino contigo- Henry rio nuevamente, y negó con la cabeza.

✔✔ SERENPIDIA|| SAGA ALMAS UNIDAS|| 2° LIBRO HEREDEROS|| TERCERA GENERACIÓN HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora