El mañana

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En cuanto se despertó, vio como su flor ya no tenía ningún pétalo. A pesar de la oscuridad que había en la habitación podía ver el pétalo bañado por la luz de la luna sobre la repisa.

Trato de levantarse. Y justo cuando lo hizo, allí le vio.

Zhongli estaba sentado al borde de su cama apoyándose en el respaldo de una silla. En un principio pensó que estaba sentado mirándolo, pero, al verlo mejor vio que dormía.

Era... era él, ¿verdad? ¿No era ningún sueño o alucinación?

—Maestro... Zhongli...

Entre el movimiento de la cama y la voz del joven que pensaba que se estaba volviendo loco, Zhongli abrió lentamente los ojos.

Masaje sus sienes tratando de disipar un poco el cansancio y su mirada se cruzó con la del joven.

—Childe... Despertaste...

El joven no pareció entender mucho. Sintió como las lágrimas asomaban por sus ojos y su voz no salía de su boca.

Zhongli se despejo del respaldo de la silla y se acercó para darle un fuerte abrazo a Childe. Las manos del mayor le rodearon atrayéndolo hacia él.

—Me alegra de verte.

Respiro hondo y no dudo en responder ese abrazo. Hundió su cara en el hombro de Zhongli tratando de evitar que le viera llorar.

Pero posiblemente no logro disimularlo.

Una suave y gentil caricia en la espalda trataba de calmar al joven.

—Pensaba que no volverías —oyó hablar la voz ahogada del joven.

—Te prometí que volvería.

Childe sintió un arrebato y aplico algo más de la poca fuerza que tenía en el abrazo.

—¡Ouch! —se quejó Zhongli.

—¿Eh? —dijo separándose un poco —¿Qué pasa?

—Supongo que no salí tan cual entré de esa montaña.

El hombre le mostró las vendas que cubrían su herida en el abdomen. Childe acerco su mano a esta para palpar la zona como si tratara de ver qué tipo de herida era o cual era su gravedad.

—¿Te duele? —pregunta.

—Un poco.

—Pues mejor, que te sirva de lección para no hacerlo de nuevo—le reprocha molesto—. Fue peligroso, ¡p-podrías haber muerto allí!

Zhongli dejo escapar una pequeña risa.

—Childe... lo volvería a hacer si volviera a pasarte lo mismo —le dijo.

El joven se sonrojo levemente. Esperaba que la oscuridad de la sala camuflase eso.

—Pero... ¿Por qué?

El hombre respiro profundamente y dejo escapar un débil suspiro.

—Porque... —dijo mientras tomaba la mano de Childe entre la suya —Childe, eres alguien muy importante para mí. Hacía mucho tiempo que no sentía algo así por otra persona.

Esto pillo por sorpresa a Childe.

—¿En qué sentido lo dices? —se aventuró a preguntarle.

Zhongli sonrió.

—En todos.

Sin poder aguantarse Zhongli se acero al joven. Miro fijamente a los ojos del joven y luego a sus labios levemente abiertos.

La Flor de los Cinco días - 𝓩𝓱𝓸𝓷𝓰𝓒𝓱𝓲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora