-¿Cacahuete? ni pensarlo- Santiago se tira en la silla intentando contener las ganas de darle un puñetazo a este príncipe con una horrenda elección para los nombres. -necesitamos que la carta llegue sin que ese tarado lo sepa, pero si quieres seguir con el plan allá tú-

Gabriel parece sorprendido y luego piensa algo detenidamente -Vale, llamaré a cacahuete y que la entregue el, no es solo capaz de hacerse invisible, oculta toda su presencia de quien el quiera-

-Perfecto, me pondré a escribirla...a ver como le convenzo ugh- Gabriel se levanta y se estira -Ese es tu problema, yo iré a entrenar, he recuperado mi cuerpo de nuevo, necesito aprovecharlo- 

-Maldito- Santiago rechina los dientes.


-¿Escuchaste bien? No hay margen de error así que no habrá otra oportunidad-

-Lo sé, lo he comprendido- Dice bruno seguro.

Después de que los otros dos se fueran Bruno y Meneif habían estado organizando lo necesario para el hechizo que supuestamente le dará más tiempo. Bruno no podía mentir, estaba nervioso, pero sus manos no temblaron al mezclar los ingredientes. Estaba preparando un antídoto que lo pondría en un estado especial en el que Meneif pueda entrar en su mente y sellar temporalmente la maldición. Meneif por su parte estaba leyendo detenidamente un libro con letra ilegible.

-Ya está listo- Dijo tras terminar depositando una pequeña gota de sangre en el contenido, este enseguida obtuvo un color dorado.

-jaja lo has hecho muy bien, sí muy bien- Meneif deja el libro de lado y observa el contenido cuidadosamente -Esto será suficiente, ven será mejor que te tumbes y te pongas cómodo, tendrás un sueño muy extraño- Lo guía hasta una de las camas que hay en la sala y le da el contenido para que lo tome, el se sienta en una silla que coloca junto a la cama -¿Recuerda lo que te dije el otro día? En el sueño no debes moverte, pase lo que pase ¿De acuerdo?- Bruno asiente pero todavía no se toma la solución dubitativo.

-¿Qué sucede?- Meneif observa a Bruno quien tiene un ¡a mirada perdida -Tal vez...¿No te fías de mí?- Dice falsamente dolido.

-No es eso, has demostrado que puedes ayudarnos, pero...la idea de que alguien se meta en mi cabeza...Hay cosas que prefiero mantenerlas en secreto...-

-Todos tenemos nuestros secretos chico- Le guiña un ojo -No te preocupes, lo que tu no quieras que sepa, no podré verlo, al fin y al cabo sigue siendo tu cabeza, y yo solo seré un invitado- dice golpeándole la  frente con el dedo índice.

-Bruno se frota la frente y sonríe -De acuerdo- Un momento después de pensarlo bien bebe todo el contenido del bote de cristal y su cabeza cae hacia atrás. Enseguida es sostenida y puesta sobre la almohada por el hechicero.

-Bien, hace décadas que no hago algo tan peligroso je comencemos- Dice estirando sus dedos y luego haciendo un sello con estos, enseguida unas marcas aparecen atravesando sus manos hasta llegar a los codos. Con los ojos cerrados pronuncia una palabras y su consciencia se desliza exitosamente en la mente de Bruno.

Dentro puede ver claramente un paisaje amplio y vivo. Todo era hermoso, un gran valle lleno de todo tipo de flores y vegetación se extendía hasta el infinito, el cielo era claro con algunas nubes ligeras circulando sobre su cabeza. Podía escuchar a los animales acampando a placer no muy lejos y pequeños insectos revoloteando alrededor -wow una proyección del alma bastante impresionante- Dijo sonriendo el hechicero, pero luego su rostro se torno oscuro al poder divisar un gran árbol a lo lejos. Este parecía normal a simple vista, con hojas verdes y brillantes y un tronco enorme y resistente, pero enseguida se dio cuenta del aura que este desprendía de esas ramas torcidas y oscuras. 


Bruno había tomado aquel líquido y se sintió muy nerviosos al verse de nuevo en aquel lugar; el prado. Sintió un miedo invadir su cuerpo cuando vio el árbol, tan cerca. Como le indicó Meneif no se atrevió a moverse, se quedó sentado en el suelo decidiendo que era mejor no mirar hacia el árbol, pero una voz le llama la atención.

-Estas aquí, logré entrar sin problemas, fue todo un éxito- Bruno alza la mirada para ver a Meneif entre el y el árbol sonriéndole -Tienes grandes problemas aquí chico- Dice tocando el tronco del árbol esta vez con la cara más seria.

Bruno lo mira un momento -¿Sabes que hacer?- 

-Claro que sí ¿Por quien me tomas? Te prometí resolverlo y lo haré- Bruno suspira aliviado -Ven aquí un momento, necesito que hagas algo- Obedeciendo se pone de pie para mirarlo y avanzar pero de repente se detiene -¿Qué pasa? Ven- Dice Meneif un poco más ansioso.

Bruno lo mira horrorizado -Tu no...-

Por un momento ve una sádica sonrisa en sus labios -increíble. Te dijo que no te movieras ¿verdad? Esa maldito bastardo, metiéndose donde no le llaman-

La forma del supuesto Meneif se llenó de una sustancia negra que cayó al suelo en seco. Bruno tapó su boca con la mano y se inclinó contra el suelo. Casi caigo. Casi caigo de nuevo. Pensó con miedo. 

-¿A qué le tienes miedo? Créeme, es mejor así. No sabes lo que te espera allá afuera ¿Crees que los que consideras amigos te ayudaran? Tan ciego, pobre. Tú lo sabes, todos ellos te ocultan algo. Lo sabes muy bien, te están usando y cuando todo esto termine. Ellos te desecharan.  Yo te conozco más que nadie, y sé que eres consciente de ello, pero te auto engañas. Pobrecito, mi niño, este mundo solo es cruel contigo, y tu haces todo tu esfuerzo por ayudar a los demás. Así es como eres-

Bruno escucha esta vez un susurro en su oído, inconscientemente y al reconocer la voz la mira. Es su madre, en carne y hueso. Puede verla claramente. Su hermoso rostro siempre brillante y sonriente, su cabello castaño, sus canas, sus ojos tan amables pero tenaces, Bruno la mira por lo que parece una eternidad y esta extiende su mano cálida para tocar su rostro. Bruno no se mueve. No retrocede solo la mira detenidamente y cierra los ojos con tristeza.

-Quiero abrazarte, quiero contarte tantas cosas. Quiero que me sostengas y me acaricies el pelo, como siempre haces mientras escuchas todo lo que tengo que contarte, sobre los niños, sobre mi trabajo...pero no estas aquí, lo sé- Dice cerrando los puños con fuerza  -Así que no te atrevas a usar su rostro conmigo- Dice abriendo repentinamente los ojos y lanzando una mirada feroz a su madre.

La figura detiene la mano que iba a su rostro y se distorsiona por un momento para luego desaparecer en una masa negra como lo hizo antes. 

-Bien. Lo haremos a las malas, tú me has obligado- El paisaje empieza a cambiar como en la primera pesadilla  y esta vez Bruno se siente extremadamente mareado, una risa maniática y quebrada se escucha por todas partes pero cuando creía que solo podía empeorar todo vuelve a la normalidad en un parpadeo. Se siente confundido y abrumado hasta que ve la figura de Meneif emerger de la nada -Lo has hecho muy bien- Dice sonriendo. Bruno solo está confundido -siento la tardanza, esta cosa me lo puso un poco difícil. Pero al menos me ha servido para calentar jaja- se coloca delante de Bruno y estira los brazos, las nubes en el cielo enseguida empiezan a cambiar para formar un extraño símbolo -Descansa, déjale el resto a este anciano- 

Un simple maestro.Where stories live. Discover now