4. Lo que construimos: Shinichiro Sano

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"Todos los días no encontramos con muchas personas, puede que no nos conozcamos pero tal vez algún día lleguemos a hacerlo."

...

Había conocido a Shinichiro kun hace unos seis años, su peinado era horrible, su camisa afuera y su estilo revuelto era una vergüenza, sin embargo no se había echado atrás cuando una banda de diez chicos lo había acorralado por intervenir mientras me acosaban, incluso si había perdido esa pelea con el rostro magullado y sangre suya por doquier, el no había perdido la sonrisa y acercó tendiendome la mano. Ese día pensé que quizá Shinichiro si era un poco "Cool", aunque no me atrevería a decir eso en voz alta.

"Si, yo no creo que pueda subirme a eso". Señalé la motocicleta, el era un crío aún ¿Como era posible que supiera manejar algo así? Había negado una y otra vez pero al final el niño Sano había halado mi mano y me había hecho subir a la motocicleta.

"Consideralo un viaje gratis a casa con el chófer Shinichiro". Dijo con una sonrisa suave, posando mis brazos para rodear su cintura.
Demasiado tonto, mi corazón latió a mil por hora en ese momento, así que le maldije en voz baja, el no era cuidadoso con lo que decía, sus palabras salían tan fácilmente y no se daba cuenta de cuánto efecto tenían. En el crepúsculo de esa tarde, mientras montaba esa motocicleta un sentimiento nuevo creció en mi pecho por Sano Shinichiro, ¿Admiración? ¿Interés? No sabría como describirlo exactamente.

Cuando llegamos a casa Shinichiro me ayudó a bajar y me alentó a entrar, era tarde, le preocupó que mis padres pronto regresaran de sus empleos y me encontraran afuera.

"Oye, espera un momento, no te vayas aún". Dije antes que volviera, la verdad es que no podría dejarlo ir así sin devolver el favor. "Shinichiro, ¿Ya has comido ?, quédate a comer, mi padre y madre tienen turno doble, vamos acepta, no podría dejarrte volver sin agradecerte apropiadamente."

Shinichiro lo dudo un poco, sin embargo al final acepto. "Bueno supongo que es malo rechazar una invitación a comer de alguien que desea agradecer un acto tan heróico, y yo no soy descortés." Una pequeña risita salió de entre sus labios haciendo que le pateara levemente el talón de aquiles.

"No alardes demasiado, tonto". Mi llave tocó la hendidura de la chapa y la puerta fue abierta, así que ambos dejamos los zapatos en el pasillo y entramos a la estancia. "Espera aquí Shinichiro no tardaré".

Después de que había llegado con una bandeja con dos tazas de té y dos platos de Teriyaki casero, el dio gracias y probó mi asombrosa creación sonriendo ante el sabor de la salsa dulce, al parecer no era tan mal cocinera. Ambos charlamos bastante, sobre muchos temas, asombrosamente Shinichiro podía hablar de cualquier cosa sin que se volviera aburrido, sinceramente cuando anunció que iba a retirarse un sentimiento de tristeza me invadió.

"Adiós". Dije con una sonrisa antes de que subiera a su moto. "Gracias por todo".

En ese instante Shinichiro levanto una ceja, como si esperará algo más, a decir verdad era bastante lenta así que el fue el primero en tomar la iniciativa.

"Volvamos a vernos mañana, ¿Te parece?." Cuando dijo eso había hecho que yo fuera tan feliz sin embargo controle mi reacción asintiendo solamente para no parecer tan apegada.

El chico de pelo negro había cumplido su promesa, después de las clases completamentarias, justo cuando salía del colegio, el estaba esperando en la entrada. El levantó la mano en un saludo y sonrió, todos parecían divertidos y cuchicheaban por lo bajo mientras ella caminaba hasta él, la verdad es que de lejos no se notaba, Shinichiro había arruinado su cabello con un peinado de gángster de poca monta, como esos que sacaban en los mangas que leían los amigos de su clase. En el pasado hubiera corrido para esconderse detrás de algo antes que la vieran con un chico que gustaba de hacer el ridículo como él, pero a decir verdad lo había tomado con bastante calma, su humor era tan bueno por tenerlo ahí que ignoró a todos y la libertad de esos idiotas al hacerles unas cuantas bromas sin descaro.

One Shots; Tokyo Revengers Where stories live. Discover now