1. Single: Chifuyu Matsuno

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Aún recordaba el día en que le había dado la noticia, recordaba como se derrumbó en la puerta negándose a creerlo, el se puso de rodillas y le pidió perdón, perdon por ser un inútil, perdón por no haber hecho lo suficiente.
...

Chifuyu comenzó a visitar con más recurrencia la casa de S/N cuando Baji murió, aún recordaba como sonreían al ver que había echo un postre nuevo, a ambos les brillaron los ojos cuando ella les enseñó todo el Yakisoba que había comprado. El siempre lo supo y aunque Baji no lo dijera abiertamente el sabía que tenía sentimientos por ella, también sabía que eran correspondidos por la forma en que ella lo veía, quizá por esto el jamás se ánimo a confesarse, el sólo quería que las dos personas que más quería fueran felices. Pero ahora su corazón estaba herido, y el trato de animarla, entre más tiempo pasaba con ella no podía evitar que su corazón latiera, la culpa lo hacía sentir terrible, el estaba robando el amor de Baji. ¿Estaría decepcionado?

"Lo siento mucho Baji san, yo estoy enamorado de ella.. aunque trate de luchar contra ello, yo sólo no pude. ¿Que debo hacer? ¿Debería decírselo? Baji san.. no he sido completamente sincero conmigo mismo, ahora lo comprendo."

Chifuyu tocó la puerta de su habitación pero esta no respondió, intentó de nuevo pero todo era inútil, así que tomó el pomo de la puerta y la giró con preocupación, para su sorpresa ella se había quedado dormida. Su pecho se sintió adolorido, como si hubiera sido aplastado por peso considerable al verla dormida. Ella había estado llorando de nuevo hasta que se había quedado dormida, así eran todos los días. Arrastro la cobija que estaba tirada y la cubrió para que no pasara frío sin embargo cuando iba a levantarse para dejarla descansar una mano cálida lo detuvo.

"No te vayas Baji." Hablo entre sueños, "No me dejes, Fuyu y yo te necesitamos." En ese momento sus lágrimas cayeron sobre sus mejillas se arrodilló aún sosteniendo su mano.

"¿Chifuyu?" Escucho su voz baja apenas audible y trató de remover todo rastro de lágrimas antes de levantar la cara pero había sido inútil, ella lo había notado. Su rostro trató de ponerse calma y le acarició la cabeza. "Lo siento mucho Chifuyu no soy la unica que sufre, yo no pude aliviar tu dolor también."

Chifuyu negó con la cabeza. "No te disculpes, yo.." sus palabras quedaron en el aire cuando sintió su calor corporal en un abrazo. Su mechones de cabello tocaron su rostro. "No es bueno quedarse con todo dentro Fuyu. Yo no quiero perderte también, porfavor no te hagas el duro frente a mi." Aquellas palabras habían tocado su interior como si lo hubiesen absuelto de la culpa que sentía y se aferró también descansando su barbilla en su hombro. Desde ese día ambos se habían hecho aún más cercanos que antes, Chifuyu había trabajado duro para ayudarla a hornear panecillos para todo el Touman, también llevaba al pequeño Peke J a visitarla de vez en cuando.

"¿Crees que a Peke J pueda comer un pastel especial de atún?" Chifuyu sonrió desde el otro lado de la cocina mientras batía unos huevos. "Estoy seguro de que al pequeño Peke J le gustará, aunque se volverá un poco mimado." Una risa inundó la habitación, Chifuyu detuvo lo que estaba haciendo y se giró para verla, ella estaba en cuclillas mientras acariciaba al gato, la luz se coló por la ventana, se veía como un angel."

Ella había vuelto a reír. Estaba dando los primeros pasos, aunque estaba seguro que algo dentro de si jamás sería como antes, algo que se había arrancado dentro en su interior y tenía que aprender a vivir con ello. Pero ahora, ahora se veía como un ángel y cuando el se acercó ella brilló aún más que antes como un estrella parpadeante. Un beso, las cosas habían pasado demasiado rápido, los ojos de Chifuyu se abrieron en demasía, estaba desconcertado y estaba confundido, sin embargo no se apartó, se quedó quieto mientras la chica llevaba el control. Cuando sus labios dejaron de tocarse Chifuyu se había quedado sin palabras, no sabía exactamente cómo actuar ante lo que había sucedido.

"Lo siento Chifuyu yo no debí hacerlo, discúlpame, discúlpame." El chico no estaba molesto en lo absoluto, no tenía nada que disculpar, el sólo halo de su mano y le devolvió el beso, quería repetir esa sensación una vez más, el roce de sus suaves y cálidos labios contra los suyos. Lo necesitó más que nada, esto simplemente no podía evitarse.

Así el tiempo pasó.

El pequeño 'ángel' que era como así le llamaba ahora Chifuyu, había ido a hacer un visita a Keisuke, llevo las flores más hermosas y las colocó arriba de la lápida, aunque estaba acostumbrada a visitarlo todos los días, en ninguno había estado tan nerviosa como en este, llevo una bocanada de aire y acarició el mármol. "Baji, no hay día que no te eche de menos.. la vida fue dura después de saber que ya no estabas, hasta ahora pienso que te llevaste algo contigo cuando te fuiste, en ese entonces yo no podía reparar lo que sentí, pero ahora sé que ese algo que te llevaste no es tan malo, porque eso me hace saber que estuviste aquí." Los ojos de la chica se cristalizaron pero esta vez no era porque estaba triste si no que ahora ella lo estaba dejando ir. "Baji yo voy a casarme pronto." Sonrió. "Quería que fueras el primero en saberlo, seguro ahora estás sonriendo ¿verdad?, siempre te conocí como la palma de mi mano." En ese instante el viento hizo que el sombrero que le cubría del calor se cayera. Agachandose para tomarlo sus ojos se encontraron con unos zapatos, cuando levantó la cara vio a Chifuyu.

"Eso fue un si."

One Shots; Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora