» ᴅᴇᴍᴇɴᴛɪᴀ « | goldric ; hundric

» 𝚏𝚘𝚞𝚛 ; 𝚝𝚘𝚘 𝚢𝚘𝚞𝚗𝚐 𝚝𝚘 𝚍𝚒𝚎 «

Paso toda la mañana pensando en ello, hasta que a la hora de la salida decido acercarme a Emira para a preguntarle. La ansiedas vuelve a invadirme al ver que ella tampoco parece encontrararse demasiado bien. Parece... Ausente.

- Hey... Emira- la llamo tocándole suavemente el hombro. Esta ya fuera del colegio, apoyada en la verja (seguramente esperando a su hermana pequeña), con la mirada perdida en algún punto muerto. Al sentirme daun pequeño respingo, sobresaltamdose.

-Oh.. Hola Hunter - se pone incluso más nerviosa, pero también como es como si tratara de evitarme.

- Uhm.. Edric no ha venido hoy?

Ella traga saliva y sigue mirando fijamente al suelo.

- No. Hoy no.

- Por qué? Esta bien...?

Se queda en silencio, sin mover ni un solo músculo. Por unos segundos, que parecen horas, siento el ruido a mi alrededor, que pareciera un eco en la distancia.

- Él... el esta - No puede aguantarlo más. Se echa a llorar, ocultándose el rostro con las manos.

Yo me acercon poco más y le pongo una mano en hombro. Recuerdo lo mal que se me da consolar a la gente, pero en este momento es lo que menos importa. Algo va mal.

Entonces Emira levanta la cabeza para mirarme por primera vez. Tiene los ojos empapados en lágrimas.

- Él.. M-me pidió que no te contara nada... - murmura entre sollozos - M-me dijo .. n-no se lo digas a Hunter p-porque no q-quiero preocuparlo...

Maldita sea Edric.

- Donde está él ...?

- En el hospital...

No. No es que algo fuera mal.

Todo esta yendo mal.

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Ni siquiera me acerque a casa, lo primero que hice al salir del instituto fue ir corriendo al hospital. Le ofrecí a Emira acompañarla a casa, pero me dijo que estaría bien.

Nada más llegar pregunto por la habitación de Edric. Al parecer estaba en planta, eso me da cierta esperanza.

Mi mano tiembla cuando llamo a la puerta, golpeándola con los nudillos. No me había dado cuenta hasta ahora, pero mi pulso se ha acelerado considerablemente. Con mucho cuidado de no hacer ruido, me abro paso entre el silencio de la habitación. Y ahí lo veo a él. Tumbado en la cama, con los ojos cerrados y respirando con los labios entreabiertos. Está bastante más pálido de lo habitual y tiene varias vendas cubriéndole.

Por un segundo mi mente evoca el recuerdo de Edric desmayandose en las escaleras del campus. Como su respiración era a penas un jadeo sostenido. Como se veía tan frágil que podría romperle con solo tocarlo.

Como casi lo perdía.

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» 𝙴𝚍𝚛𝚒𝚌;

Siemto de nuevo el liego chirrido de la puerta abriéndose. Debe ser mi madre que esta de vuelta. Abro los ojos lentamente, pero no es ella. Es Hunter.

Maldición Emira, te dije que no se lo contaras.

-Hola... - me saluda musitando

- Emira te lo contó, no?

- Si... pero no te enojes con ella por favor.

Suelto un gruñido de desesperación mientras me tapo la cara con las manos. No estoy enfadado con ella, estoy enfadado conmigo mismo. Porque soy idiota. Quise ocultarselo a Hunter porque me sentía demasiado culpable de cargarle con mis propios problemas, pero en vez de eso lo he hecho incluso peor.

- Lo siento - decimos los dos dos al mismo tiempo. Nos quedemos callados, mirandonos a los ojos sin comprender. Porque ninguno de los dos entiende por que el otro se disculpa.

- Uhm... Empieza tu - Él suelta un suspiro

- Lo siento, no quería entrometerme en tu vida... Solo... Eres el primer amigo que tengo, y... Nunca me había sentido tan cercano a alguien. Al principio sentía que no te necesitaba, o que con el tiempo acabarías cansando te de mi y yendote, pero... Resulta que te necesito más de lo que pensaba - hizo una pausa. Una pausa que para mitad fue una eternidad en la que me sentía un ser horrible. - Y tu...? Por que lo Sientes..?

Me quedo en silencio. Quiero decir tantas cosas, pero las palabras mueren en mis labios. Un nudo se forma de nuevo en mi garganta e inevitablemente las lágrimas empiezan rodar por mis mejillas.

- Porque te lo prometí... Y no se si podré cumplirlo.

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N/A: la sufrición esta a punto de llegar