~chapter 6~

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Mi cabeza no asimilaba lo que había pasado. Rafe Cameron estaba a punto de besarme. Al principio, me resultó imposible moverme, sentía necesidad por sus labios.

Algo en mi se revolvió cuando me abrazó. Pero recordé como había actuado días atrás y lo mucho que me había dolido, por esa razón me fui con la excusa del trabajo, aunque en realidad iría a casa, no trabajaría el resto de la semana para recuperarme.


Giré la cabeza una vez me había alejado de la puerta de aquella casa, Rafe estaba inmóvil en la puerta. Algo dentro de mi quería que el me siguiera e insistiera, o que yo diera la vuelta y volver allí, con el. Pero no lo hice.

Caminé con calma cerca de la orilla del mar, pero lo suficientemente lejos para no rozar el agua del mar. Era temprano, por lo que no había mucha gente paseando ni por las calles, el único sonido que había era el graznido de las gaviotas.

Llegué a casa, todo tal cual lo dejé. Comencé a limpiar todo, algo propio de mi cuando quería olvidarme de todo. Pinché en un tocadiscos un disco antiguo, pero con muy buena música, mi abuela me lo regaló de pequeña, en mi etapa de adicción a la música. El disco se llamaba 'Waterloo' del grupo ABBA.

Unas horas después, la casa casi brillaba de lo limpia que la había dejado. Tenía hambre, pues no había comido nada desde anoche, pero no había nada apetecible en la despensa ni en la nevera. Salí a comprar algo de comer al supermercado más cercano.

Volví a la casa comiéndome un cruasán que iba despedazando con los dedos para después comerlo. La puerta, cuando llegué, estaba un poco abierta, pero no me extrañó. Quizá no la había cerrado bien, quizá estaba mi padre o quizá mi hermano.

Entré con precaución y sin hacer demasiado ruido. Pero no había nadie. Hasta que escuché unas voces a lo lejos, casi inaudibles por la distancia. Decidí seguirlas. Aquellas voces, me llevaron al pequeño jardín trasero, donde nada más ver aquella escena, mis manos viajaron a mi boca por la impresión.
No era la primera vez que pasaba, pero todas eran igual de dolorosas.

—¡Papá! —grité acercándome corriendo—. ¡Basta papá! ¡Para!
El no paraba de golpear a JJ, y mi corazón se partía a cada golpe. No reaccionaba, estaba quieta, inmóvil.
—Por favor —sollozaba.
Mi pecho subía y bajaba con fuerza, las lágrimas brotaban de mis ojos sin control alguno. La vista comenzaba a fallarme y las piernas se debilitaban, sabía que era lo que me estaba pasando, y que iba a ser lo siguiente.

[...]

Me desperté en una cama de hospital, la mano de mi hermano estaba acariciando la mía, y pude ver a mi padre caminar por la pequeña habitación en círculos.
Mi hermano levantó la mirada hacia mi cuando comencé a moverme en la pequeña camilla.
—¿Qué me ha pasado? —pregunté tratando de incorporarme.
—Túmbate, tienes que descansar —dijo mi hermano—. Has tenido un ataque de ansiedad, y té desmayaste.
De repente recordé porque lo había tenido, y miré a mi padre hecha una furia. Me senté en la cama lo más rápido que pude.

—¿Cómo puedes? —pregunté sin esperar respuesta—. ¿No te da vergüenza?
Miré seguidamente a mi hermano con una mirada más blanda, sabía que podía defenderse, pero no lo hacía.
—¿Estás bien? —el asintió. Se formó un silencio incómodo, podría atreverme a decir que el más incómodo de mi vida.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, y me llevé las manos a la cara. Empecé a sollozar. Note que mi padre se acercaba cautelosamente y mi hermano se tensaba en su silla.

—¿Crees que a mamá le gustaría verte... veros así? —negué irónicamente con la cabeza—. Se lo prometiste, ¿acaso no lo recuerdas?
—No juegues con esas cartas, Jane. Sabes que lo intenté, pero no puedo. No puedo —dijo mi padre al borde de las lágrimas.

Impossible [Rafe Cameron]Where stories live. Discover now