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Helen: ¿Caníbales?
La pelirroja asiente.
Helen: Lamento que te haya pasado eso, quisiera decir que me sorprende.
La mujer negó.
Helen: Hombres, no pueden controlarse, el instinto animal los rige, asesinar, destruir, violar, ahora esta enfermedad, este virus, la testosterona es el químico más tóxico de la tierra.
La pelirroja pensó.
Helen: Y sobreviviste a eso, ahora estas aqui.
Miro a su alrededor.
Addison: Tuve mucha suerte, conocí a Mack, la primera noche.
Helen: Diría que el, es el que tuvo suerte.
La pelirroja sonrió, Helen se fijo en el collar de mariposa que colgaba del cuello de la joven.
Helen: ¿Qué me dices de esto?
Dijo tomándolo en su mano acariciando el gran dije.
Helen: Es especial.
Addison: Ammm, si, si, ¿Cómo lo supo?
Helen: Cuéntame.
Le sonrió para que la chica le hablara, pero la joven negó.
Addison: No puedo.
Helen: Es demasiado para ti.
Se sentó a un lado de la joven.
Helen: Lo siento.
La pelirroja comenzó a derramar lagrimas.
Helen: Puedes contarme, dime.
Addison: Era de mi mamá y mi hermano, tuve que...
Casi no podía hablar de los sollozos.
Addison: A ambos.
Helen: Mi dulce y hermosa niña, suelta eso, suelta todo eso.
La pelirroja se soltó en los brazos de la mujer mientras ella acariciaba y besaba su cabeza.
Helen: ¿Puedo decirte algo?
Se separaron.
Helen: No necesitas volver a pasar por eso, este lugar, nuestras hermanas, estamos protegidas contra eso, nos hace falta una mujer como tú.
Acaricio los cabellos rojos de la joven.
Helen: Inteligente, hábil, cariñosa, no eres como las otras, eres especial, lo veo.
Un auto llego haciendo ruido, eran las demás mujeres que no vigilaban al equipo de los hombres de donde venia la joven.
