CAPITULO 1: DESCENSO.

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Llega un momento en la vida de toda persona en la que debe de elegir hacer el bien o el mal. Lo diferente es... que ni soy una persona ni la elección parece una tontería, es en serio, es una elección sobre el bien y el mal. Cielo o infierno. Soy un ángel de bajo cargo, lo cual significa que aquí en el cielo soy como un bebe, como si acabara de nacer. Y así me tratan aquí, y no, si fuera un humano mi edad sobrepasaría los 200 años.

La jerarquía está basada en una pirámide. En la que están los nacidos que van al colegio y luego al instituto, el instituto son clases de cinco impartidas por un ángel menor, tras pasar el instituto te especializas en el bien o el mal; el bien te quedas en el cielo haciendo tareas aquí y el mal bajas a la tierra, la especialización sería como la universidad donde te supervisa un ángel mayor, por encima de los ángeles mayores están los arcángeles y aun por encima de ellos hay un par o tres más de ángeles más poderosos, luego ya estaría Dios. Pero en la pirámide está tan alto que nadie ha podido verlo jamás, hay que tener fe ciega de que él es real.

Así que ese es mi gran dilema, quedarme aquí ayudando a mi buen amigo en el papeleo de EL CIELO o bajar a la tierra con todos los pecados e intentar no sucumbir a ellos. Según algunos de los ángeles dicen que solo se llega a ser un ángel mayor o arcángel bajando a la tierra, y con ello probar que por muchas perversiones que existan en la tierra sigues teniendo el alma pura. Supongo que esa será mi elección, bajar a la tierra e intentar ayudar allí.

-Aura, te toca elegir. -dijo Azrael.

-Señor Azrael, aún no tengo muy claro a donde ir. -conteste.

-Pues es tu turno, tus compañeros ya han elegido.

-Señor, tengo claro lo de ir a la tierra. Pero... sé que hay que escoger un sitio allí. -respondí removiéndome el pelo.

-Iras al sitio en el que haya caído un ángel. ¿Lo entiendes? Tendrás que impedir los planes de él o ella, además de proteger a un humano. Una vez llegues allí, encontraras rápidamente a tu protegido.

-Gracias señor. -conteste y me retire a mi cuarto. Tenía que preparar un par de cosas para la partida a la tierra. Aquí todos nos parecíamos, nuestros pelos variaban de rubios desde platino hasta oscuro, los ojos del verde a azul pasando por todos los tonos y piel, mayormente blanquecina. Yo era de las pálidas como la nieve virgen, con el pelo rubio platino y los ojos azul cobalto.

La maleta era fácil de hacer, nos habían dado un papel con las cosas que se podían bajar a la tierra, por ejemplo la ropa no se podía bajar, una piedra lunar, el colgante de luz celeste, el libro de la vida y en una cajita parecida a la de Pandora nuestra esencia de ángel representada con una pluma blanca de nuestras alas. Según Azrael en la tierra, nuestras alas desaparecían aunque si las necesitáramos volverían a aparecer. Las cosas las llevaba en un maletín de cuero blanco.

-Bien alumnos, coger cada uno una piedra verde de la urna. -dijo Azrael mientras íbamos entrando en la habitación. -Las piedras funcionan de la siguiente forma: pensáis el lugar al que queréis ir y la pisáis. Apareceréis en la que será vuestra nueva casa, allí tendréis toda la información necesaria, dinero humano, ropa...

-Señor... ¿Yo a dónde voy? -pregunté. Azrael se acercó a mí.

-Eres la única a la que se le ha designado un humano al que proteger y un ángel caído al que vigilar. Así que bajare contigo para explicártelo todo una vez allí. Puedes dejar la piedra en la urna. -contestó Azrael. -Los demás, pisad la piedra y buena suerte. Os estaremos vigilando.

Mis compañeros se fueron desvaneciendo uno a uno en humo verde oscuro. Cuando todos se hubieron ido, Azrael se acercó y me agarro del hombro. Note un cosquilleo en mis entrañas que me obligó a cerrar los ojos cuando se pasó, los abrí. Estábamos en una casa humana. Antes de hacernos elegir, nos hacían aprender cosas sobre los humanos, los idiomas, las costumbres...

-Bienvenida a tu nuevo hogar Aura. Aquí lo llaman loft. No sé si te gustara la decoración, pero ya sabes que tus poderes pueden cambiarla. Y a ver... que más. -dijo dando vueltas por la estancia.- Vale, ya está. Tienes que controlar tus instintos de ángel, tú aura se ve demasiado.

-Claro, por eso mi nombre es Aura. Ya sabe que la mayoría de ángeles nace sin. Pues la mía relucía demasiado. -conteste.

-No había caído, bueno pues tendrás que aprender. Bueno como ya sabes, nuestras auras son azules o blancas. Pues podrás averiguar cuando hay un ángel caído por su aura, suele ser negra o gris oscura. Una cosa más, no todos los ángeles caídos hacen cosas malas. Hay algunos que simplemente tuvieron malos mentores.

-¿Qué quieres decir con eso? -pregunte.

-Que antes de mandarlo al lugar de donde salió, cerciórate de que sea realmente malo. -contesto. -Cualquier cosa, cualquier problema, avísame. Y... Se te enviaran más misiones. Suerte Aura.

-Gracias Señor Azrael. -respondí, él hizo una mueca intentando sonreír y se esfumo.

FALLEN ANGELS (PAUSADA)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz