Nuestra madre. (Diabolik Lovers)

Capítulo 13: Buscando una esperanza.

Aún cuando los 10 vampiros se habían ido a la casa de su madre, Karl Heinz, siguió buscando por unas horas mas algo sobre la maldición que Cordelia le había lanzado a Hikari.

Esperaba encontrar cualquier cosa por mínima que fuera, para empezar a buscar una forma de romper la maldición.
Lamentablemente, no tenía mucha información para trabajar y parecía ser que sus hijos, tampoco sabían mucho sobre la maldición.

La única que podría darle la información que necesitaba, era Hikari.
Si ella le decía que síntomas le provocaba la maldición, con que frecuencia sufría de los síntomas y cuanto tiempo duraban, le sería de ayuda para ir descartando maldiciones y dar mas rápido con la que le había lanzado Cordelia y por ende encontrarían mas rápido la forma de revertir la maldición.

Además de que era el pretexto perfecto para acercarse a ella.
Podría estar cerca de su amada Hikari de nuevo y porque no, tratar de reconquistarla.
Era muy conciente de que ella estaría muy enojada con él, también de que lo mas probable era que no lo perdonara nunca, pero si había conservado el oso que él le regaló y después se lo había dado a su hijo Kanato, cabía la posibilidad de que ella aun sintiera por él algo mas que odio e ira.
Si era así, él no dejaría pasar la oportunidad de que Hikari volviera a estar entre sus brazos.

Cuando sus hijos regresaran para seguir buscando como revertir la maldición, les diría que sería mas fácil encontrar como revertir la si pudiera hablar con Hikari sobre los síntomas de la maldición.

Los chicos regresaron a la mansión en la que vivían con su madre, tío y abuelos.
Al llegar, todos se dirigieron a la habitación de su madre para ver como estaba.

Hikari dormía tranquilamente y los 10 vampiros se acercaron a ella, rodeando la cama de la mujer para observarla detenidamente.

Shu, tomó la mano de su madre de forma delicada para no despertarla y en medio del silencio habló por el y por sus hermanos.

-Encontraremos la forma de terminar con esa maldición. Lo has dado todo por nosotros mamá, ahora es nuestro turno de cuidarte- dijo para después depositar un beso en la frente de su madre, tal como ella lo hacía con ellos.

Reiji y Raito besaron las manos de su madre, Ruki y Kou también, Kanato y Subaru le dieron un beso en las mejillas y Ayato, Yuma y Azusa, también le besaron la frente para después salir de la habitación de su madre y dirigirse cada uno a su propia habitación.

Al día siguiente, cuando los chicos bajaron para desayunar, Hikari ya se encontraba acomodando la comida en la mesa.

Hikari, saludo a sus hijos como siempre lo hacía. Les dio un beso en la frente y les dijo que se sentaran a desayunar.

-Mamá- la llamó Kou- Kanato y yo, estamos pensando en hacerte un nuevo vestido.

-Es cierto- dijo Kanato- Pero, nos hacen falta algunas telas e hilos.

-Podemos ir a comprarlos cuando terminemos de desayunar- les dijo Hikari- ¿Ustedes necesitan que les traiga algo o prefieren acompañarnos?- le preguntó al resto de sus hijos.

-Yo voy con ustedes- dijo Azusa.

-Yo también voy- dijo Shu- Hasta ahora no he ido a pasear contigo mamá.

-Nosotros también iremos- dijeron Ayato y Raito.

-Yo también voy, quiero comprar un libro- dijo Ruki.

-Nosotros necesitamos cosas para el invernadero- dijo Subaru.

-Así que también vamos con ustedes- dijo Yuma.

-Yo también iré, también quiero pasar mas tiempo con mi madre- dijo Reiji.

-Pues ya esta decidido entonces, iremos los 11 juntos- dijo Hikari- Seré la envidia de todas cuando me vean acompañada por 10 jovenes tan guapos.

Los chicos, a pesar de que ya se habían acostumbrado a recibir alagos de su madre, no podían evitar sonrojarse cada que ella les decía que eran muy guapos.

-Solo traten de pelear con niños- dijo Hikari viendo a Ayato, Kanato y Azusa.

Los otros 7 vampiros imitaron la acción de su madre y vieron a los otros tres.

La razón era que los tres vampiros habían acompañado a su madre a comprar cosas para hacer un pastel y entre una cosa y otra, se habían terminado peleando con dos niños en el super.

-Fue culpa de esos mocosos al no reconocer que la mamá de Ore-sama es la mejor- dijo Ayato.

-Además... Ellos... Empezaron- dijo Azusa.

-Es verdad, ellos fueron los que empezaron.

Los 10 vampiros fueron de compras con su madre y como ella ya había previsto,  robaban suspiros por cada lugar que pasaban.
Pero no solo los chicos robaban suspiros, también Hikari lo hacía y los 10 vampiros se encargaban de asustar a todos los bastardos pervertidos (como ellos los llamaban) de su madre.

Cuando los chicos volvieron del instituto y Hikari ya se habían ido a dormir, ellos fueron con Karl Heinz para seguir buscando.

Mientras estaban buscando, Karl Heinz le dijo sobre que sería mas fácil si le preguntaban a Hikari sobre sus síntomas.

-Si pudiera hablar con su madre y preguntarle por sus síntomas, sería mas fácil encontrar la forma de revertir la maldición- les dijo Karl Heinz a sus hijos.

-Ni creas que vamos a dejar que un pervertido como tú se acerque a nuestra sacrosanta madre- le dijo Raito.

-Y eres tú el que me llama pervertido- le dijo Tougo a su hijo Raito- Te recuerdo que tú eres un pervertido.

-Es por eso que se lo que estas pensando- contraatacó Raito- Además, a mi mamá no le importa lo que yo sea, ella igual me ama pero, no creo que tú puedas decir lo mismo- le dijo.

Tougo sabía que no podía argumentar nada en contra de eso.

-Es cierto que podríamos encontrar algo mas rápido con la ayuda de mamá- dijo Reiji- Pero, yo tampoco estoy de acuerdo con que te quedes a solas con ella, en todo caso, nosotros estaremos presentes y seremos los que habláremos con mamá.

-Primero tenemos que contarle a mamá que nos encontramos con él- dijo Kou señalando a Tougo Sakamaki- y explicarle lo que hemos estado haciendo.

-Es cierto- reflexionó Subaru.

Tougo, aceptó a regañadientes el plan de sus hijos.
Ellos no pensaban dejarle el camino fácil con Hikari.

Lo que no sabía Tougo, era que Hikari tampoco se la pondría nada fácil.

Continuará...

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Aquí les traigo el siguiente capítulo de esta historia.

Espero que les guste.
Gracias por leer.
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Les mando un abrazo.
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