Era la celebración anual por el final de la segunda guerra mágica, y a la siguiente generación les era una gran oportunidad, para darse a conocer públicamente.
Y la heroína Granger la cual había dejado de ir, era un misterio andante, no cómo Potter...
Las presentaciones seguían, todos los Potter se estaban terminando de presentar, entré otros, todos conversaban animadamente. Excepto un castaño que miraba todo con demasiada frialdad. En especial a cierta pelirroja, que celebraba el casarse en el futuro con el de la cicatriz de rayo.
Aunque no lo dijera en voz alta, la realidad es que tenía miedo de que esos dos destruyeran a su familia. Ya lo había pasado mal cuando casi pierde a su madre, por suerte ya estaba mejor cuando se dió el viaje al pasado. Mientras se paseaba por los pasillos fue recordando varias cosas.
Todas esas paredes tenían una y mil historias que contar. Tanto cosas buenas cómo malas. Pero sin duda la enfermería es en donde toda mi vida cambió. ¿Si Rosebud no me hubiera empujado, las cosas serían diferentes? ¿Si no hubiese descubierto la escapada de Lily la habría conocido?
¿Si no me hubieran regañado por querer esconderme, ellos no me habrían defendido? ¿Sí no hubiera querido quedar en Slytherin habría vívido de falsedades? Tantas preguntas con pocas respuestas.
—Con que aquí estabas Sev... —siente como lo despeinan. —Eres escurridizo igual que mamá. —nota el semblante sombrío de su hermano.
—Solo no quería que ésas comadrejas me contagien la idiotez. —dice algo petulante. —¿Cómo así por aquí Cyssa? —pregunta relajado.
—Mamá nos estaba buscando. —mira también la enfermería. —Todavía tengo ganas de matar a esa comadreja, por lo que te hizo esa vez. —su miraba se vuelve algo sombría.
—Cyssa no me dejes hablando sola. —Una pequeña rubia de ojos color avellana llega. —Sev haz algo.
—Shira tranquila, no te dejaremos sola. —al abrazarla se le pasa un recuerdo fugaz.
—Vaya dejá vu es esta situación. —aparece detrás suya un castaño con mechas rubias. —Pero tienes razón, la familia es primero.
—¡¡Rigel!! Deberías de estar con la capucha. —lo regañó Cyssa alterada. —Aún no te haz presentado tonto.
Recuerdo...
—¿Ella todavía te queda cola de dragón? —escucha levemente. —Traela ahora.... Es Albus.... Está helado. —siente movimiento a su lado.
—Tory completa la poción, en lo que lo cuidó. —la sujeta al sentir la alejándose. —¿Albus? ¿Cómo te sientes? Tranquilo, espérame un segund...
—¡NO! —la asustó su repentino gritó. —¡No mamá! ¡No me dejes! —se sintió un poco incómoda por la confusión.
—Tranquilo Albus llamaré a tú madre. —siente más fuerte el agarré. —Uff... Sí que quieres a Ginevra. —dice con cierta ironía.
—¡No mamá, a ella no! —se tranquilizó cuando la contraria le empezó a dar mimos. —Mamá no me dejes.
—Uff... Expecto patronus. —se acomoda a su lado. —Rolf necesitamos hablar, es sobre el pequeño Potter. —ve cómo su patronus se aleja. —Tranquilo mi pequeño, mamá está aquí.
Salió de sus pensamientos al percatarse de que alguien se acercaba, antes de sí quiera poder decir algo, ya estaba siendo arrastrado por sus hermanos. En eso lograron ver a su madre pasar con una expresión de dolor, sosteniéndose el brazo y detrás de ella iba con su capa invisible, el señor Potter que no era nada disimulado.
Se miraron entré sí, planeando una jugarreta al niño que vivió, para que no molestará a su madre de ser posible. Sabían que sí no hacían algo, descubrirían la marca tenebrosa de su madre. Y eso en este momento no es muy bueno para ninguno de ellos.
Pero no fue necesario, ya que la misma le lanzó un "Expelliarmus", "Levicorpus" y un "Oppugno" sin darle tiempo a reaccionar a Potty. Aprovechando el lío en el que metió al contrario, toma su forma animaga y escapa rápidamente, no sin antes morder le el brazo por el atrevimiento de seguirla.
—Ok, mamá puede cuidarse sola. —dice con emoción la pequeña. —¿Deberíamos ir con papá?
—Si, será lo mejor. —regresan al comedor.
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