Capitulo 62: Recordando

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De camino mis amigos me mandaron un whassap.

<< Tío, sé que no os soportáis, pero África está aquí y parece muy triste, quizás discutiendo contigo se alegre >> Me dijo.

<< Donde estáis?.- >> Pregunté.

<< En el parque de siempre >>.

No conteste y aumente el ritmo de mis pasos hasta llegar al parque, de lejos la veía sentada en el banco, mientras todos los demás jugaban; Al llegar la vi, ciertamente parecía muy triste, no me gustaba verla así.

-¿Juegas Raúl?.- Me dijo otro de mis amigos pasándome el balón.

-En otro momento tío.- Dice devolviéndole el balón.

Me acerque al banco y me senté al lado de ella, apoyando mis brazos en el respaldo del banco, ella me miraba de reojo extrañada.

-Me ha dicho un pajarito que estas tristona África.- Le dije tranquilamente.

-Si vienes a mofarte de mí, por favor, déjame en paz y piérdete.- Dijo levantándose del banco y yendo hacia otro lado.

Me levanté del banco y fui detrás de ella, no entendía que la pasaba y no me iba a poner fácil el que me lo contará

-África para, en serio, no vengo a mofarme de ti. Tú padre me ha dicho que estabas triste y me he ofrecido a verte para ayudarte si puedo, iba de camino a tu casa cuando Nacho me ha avisado de que estabas aquí tristona.- Dije tirando de su brazo, estaba llorando.- ¿África que te pasa?.

No me contestó, me abrazo y lloro en mi pecho, sin consuelo, sin dudarlo la devolví el abrazo y frote su espalda intentando que se calmará, todo el mundo nos miraba raro, ¿No podía consolar a la hija de el mejor amigo de mi padre?. Vale sí, nos llevábamos a matar, pero no soy un ogro, que mira para otro lado cuando alguien cercano a mí sufre.

Me deshice de su abrazo y la dije que habláramos en otro lado. Ella sin rechistar me siguió, aunque iba metida en su mundo, tanto que al pararme en un paso de cebra ella siguió andando y si no la llego a agarrar la pillan.

-¿Estas tonta? ¡Podían haberte pillado!.- Dije furioso por el susto que tenía en el cuerpo.

-Lo siento....- Dijo en un susurro. << Pues si que está mal sí, pensé >> Pase mi brazo por su hombro, para asegurarme de que no se volvía a escapar con un amago de suicidarse.

 Por fin llegamos a un parque lo suficiente alejado de conocidos para que pudiera contarme tranquilamente que la pasaba.

-Ahora sí, cuéntame que narices te pasa, para estar tan ausente que casi te pilla un coche.- Dije sentándome en el suelo. Ella me imitó y se sentó en el suelo soltando un suspiro.

-¿Por qué te preocupas por mi? Nos llevamos a matar.- Dijo mirándome extrañada.

-Lo sé, pero no siempre nos hemos llevado mal y lo sabes.- Dije sin querer hondar mucho en el tema.- La cuestión es, que para mi tu padre es como mi tío, es de la familia y tu lo eres, que tengamos distintas opiniones o que choquen nuestras ideas no me hace un ogro Afri. Cuéntame que te pasa, puedes confiar en mí.

-Te vas a reír de mi.- Dijo bajando su cabeza.-

-Jamás me reiría de ti.- Dije, ella levantó su cara y enarco una ceja.- Bueno, aquella vez que te caíste no cuenta, fue muy cómico reconócelo. ¡Auch! ¡Agresiva!.- Dije quejándome del bolsazo que me había dado.

Luchar para estar juntosWhere stories live. Discover now