Un amor en línea [COMPLETA]

Capítulo 9

Me estaba acercando a él para hablar, pero cuando vio que lo estaba haciendo, él se voltio alejándose más de mí. Me molestó que lo hiciera, que huyera de mí, que intentará evitarme. ¿Qué le había hecho yo de malo como para qué él actuará así conmigo? Tomé valor para gritar.

—¡No huyas cobarde!—grité, y fue una mala elección, porque al escuchar que le había gritado él se voltio inmediatamente.

Di unos pasos hacia adelante para estar más cerca de él y cuando estuvimos cerca el uno del otro él me fulminó con la mirada molesto, lo cual hizo que me arrepintiera de haber abierto mi boca, estaba algo intimidada, pero mi curiosidad era más grande que mi miedo.

—¿Por qué huyes de mí?—indagué más calmada.

—Por favor, no fastidies—dijo exhausto y volvió a voltearse, para luego alejárse de mí.

No me dejó terminar de hablar, lo que solo me disgusto  aún más. El que huyera de mí otra vez me irritó el doble.

—¡Realmente eres un cobarde!—afirmé molesta por la manera en que respondió a mis preguntas.

Se acercó de manera apresurada hacia mí, pero esta vez sus ojos reflejaban molestia y como era de esperarse no me iba a dejar intimidar está vez.

—¿Qué quieres?—repitió claramente cada palabra en un tono molesto. Parecía perder la paciencia conmigo.

—¡Ya te dije!—hablé molesta.

—¡Deja de irritar mi paciencia y dilo!—alzó más la voz.

—¡¿Por qué diablos me ignoras?!—escupí con rabia.

—¿Por qué no le preguntas eso a tu noviesito?—dijo molesto—. ¡Me dijiste que no eran nada y terminé ilusionado!—sus palabras no sonaron a enojo, sino a tristeza.

Mis ojos se abrieron de asombro y todo dentro de mí estaba procesando sus palabras. Lo único que recibió James como respuesta fue mi silencio, ese silencio en la que no sabes que hacer o decir. Su molestia se había ido y su expresión era más calmada. La verdad hasta yo ya estaba cansada de mí. Lo único que hice fue quedarme estática, sin saber que hacer. Al ver mi reacción James solo dio un suspiro pesado y sus hombros dejaron de estar tensos. Tal vez estaba cansado de mí, tal vez lo estaba cansando.

—Perdón—habló más calmado—, se que estar celoso o sentir esto por tí no me corresponde y es lo que más me molesta. Me estoy comportando como un verdadero tonto—dijo cabizbajo.

Sentí pena. Bien, se que eso no es correcto, dar esperanzas a alguien cuando tú estabas pensado y sintiendo cosas por otro, pero mis ojos no podían ver a alguien sufrir por mí culpa. ¿Estaba siendo cruel, por darle esperanzas? Sí, la mala de la historia era yo.

Al no ver una respuesta de mi parte él, se volvió a alejar de mí.

—¡¿Tienes algo que hacer hoy?!—le grité a sólo metros de distancia de mí.