Capítulo 23 🚬

Depuis le début
                                    

Fruncí el ceño al verlo pasar por la ventana y sin siquiera mirar atrás, se estaba cruzando hasta su casa.

Joder, Franchesco.

—Cuanto te odio por esto —bufé, mientras me apuraba por salir a través de la ventana.

Corrí un poquito hasta que lo alcancé, jalé de su brazo y pegué mis labios en los suyos. No tenía ni la más mínima idea sobre lo que estaba haciendo, pero me gustaba. Y mucho.

Supe que lo había tomado por sorpresa, pero al cabo de unos segundos, se relajó y me tomó del rostro como solía hacer. Mientras yo lo tomaba de la cintura.

—No es justo que me hagas desenojar tan fácil —murmuró sobre mis labios.

—Ni siquiera sabía que estabas enojado —sonreí y al mirarlo, sus ojos lucían hermosos.

Franchesco me sonrió y quitó sus manos de mi rostro.

—No me enojé contigo, en sí —aclaró—. Pero si me molesta que quieras salir de noche, a solas. Sabiendo lo de tu familia.

—Oh.

Así que era eso.

Ahora él era el que temía que algo nos pasase.

—¿Aún quieres que vaya a tu habitación? —dudé.

—Y a mi cama —aseguró, tomándome de la muñeca y dirigiéndome hacia su ventana. Allí, me hizo subir primero y una vez que me terminé de adentrar, fue su turno de hacerlo.

Me senté en su cama y al mirar, todo seguía igual que antes.

—¿Qué es exactamente lo que quieres hacer? —pregunté, un poco nerviosa.

—¿Hablar? —inquirió divertido.

Rodé los ojos.

—A una antisocial como yo, no le va muy bien en eso —mascullé, pero el ceño fruncido de Franchesco me hizo notar que había dicho algo mal.

—¿Antisocial? —cuestionó serio—. ¿Estás segura que lo eres? —dudó.

—Hmm... Yo... —balbuceé.

—Mira —dijo, sentándose junto a mi—. Una persona antisocial va en contra del orden social. En cambio, una persona asocial es la que no se integra ni se relaciona con la sociedad. Son dos cosas muy distintas y no debemos confundirlas. Ni auto diagnosticárnoslas...

Joder, qué vergüenza.

Investigarlo no me habría costado nada. Pero ver a las personas decirlo como si nada, como si significara no tener amigos... Hizo que crea que así era yo y que aquello era una simple etiqueta.

Franchesco me tomó del mentón, ya que inconscientemente, había agachado la cabeza.

—No te lo digo para hacerte sentir mal —aseguró—. Cualquiera podría equivocarse. Solo que yo leí algunas revistas de mi psicóloga,. por eso sé la diferencia. ¿Bien? No lo tomes a mal.

Asentí con la cabeza, apenada.

No iba a volver a decirlo.

No si ningún profesional me lo diagnosticaba.

—Bien, supongo que ya podemos volver a los besos —dijo, subiéndose sobre mí.

Solté una risita al vernos en aquella extraña posición.

Hasta que una de sus manos se posicionó en mi cuello.

Lo miré con un poco de miedo, aquel agarre no parecía algo bueno, pero el hecho de que él no presionara, ni ejerciera fuerza me calmaba un poco. Sumando el hecho de que con su pulgar hacia ciertas caricias.

Keira y sus problemas [COMPLETA]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant