˗ˏˋ Play pretend (Spy x Sniper) ˎˊ˗

12

Preparaba su café matutino, cargaba las armas y contaba las balas. Pareciera un deja vú.

Comenzaba la semana, era Lunes (aunque, teóricamente, empezaba con el domingo) y se distinguían nubes lluviosas que dificultarían el trabajo. 

« Agh... » se quejó en su mente y se acomodó a esperar que todo comenzara.

Cuando las rejas se levantaron, como si se liberara un animal salvaje de la jaula, balas y sangre aparecían por todas partes.

De alguna manera, fue percibido y un rápido disparo atravesó parte de su brazo.

— ¡Mierda! — Sostuvo la herida, bañando su mano en sangre.

Se agachó cubriéndose con las paredes de otro disparo. Era un ardor infernal que no le dejaría disparar.

Su novio apareció de repente, totalmente empapado por la lluvia. Al ver la situación de Sniper su actitud cambió por completo.

— ¡Oh, merde! Sí que te dieron — sonrió como si fuera nada — A ver, dejame ver...

El francotirador le dejó interferir.

Spy, delicadamente abrió la camisa del contrario hasta llegar a la herida. Al ver la gravedad de la situación levantó la cabeza.

— Tengo una idea, pero no sé si te va a gustar — lo miró a los ojos, con una mano en la lesión.

— Ngh, lo que sea — Sniper estaba contando sus opciones. Confiar en él sería lo mejor.

El espía intentó levantarlo como pudo, direccionándolo a su base. La base RED.

— Esto... — susurró el australiano — Esto es muy arriesgado.

— Tsk, callate — encendió un cigarrillo — Te espero dentro.

Casi perdió el equilibrio cuando Spy lo soltó y desapareció por completo. El dolor, a pesar de estar en el brazo, se sentía como si viajara por cada parte de sus nervios.

Caminó como pudo para reencontrarlo ahí dentro. La base estaba vacía por suerte.
El francés cortésmente le acercó una silla, pero el orgullo del francotirador le impidió aceptarla y buscó su propia.

— Idiota... — murmuró el francés mientras sacaba una aguja y algo de hilo.

Iba a comenzar cuando Sniper lo detuvo al último momento.

— ¡Esperá! Tenemos un médico, ¿sabés?

Spy frunció el ceño.

— Sí, ya sé.

Se concentró nuevamente, cuando estaba por volver a comenzar una interrupción apareció nuevamente.

— ¿Por qué hacés esto?

El espía dejo caer los brazos perdiendo la posición.

— ¿Tenés miedo? Porque no puedo seguir así.

Sniper corrió la mirada. No aceptaría que piense que es alguien débil.

— No soy un maricón.

— Entonces aguantá.

Le alcanzó un cigarrillo y comenzó a coserlo lentamente. Se podía distinguir algunas muecas de dolor por parte del australiano, pero no era algo que fuera a admitir ni hoy ni mañana (ni nunca). 

Iban poco más de tres puntos de sutura. El francotirador seguía cuestionando el por qué.
Por qué lo hacía, por qué se molestaba. Podría haber llamado al médico o hacerlo él solo. Por qué quería ayudarlo.
Se entregó, como un sumiso. Era la prueba de fuego.
Si ya su Spy no le creía el sabría que cuando menos lo necesitaba fue a ayudarlo.

— Hey dulzura — sonrió el australiano de repente, acercándolo.

— La pérdida de sangre te puso estúpido, ¿eh?

Sniper dejó caer su cuello para atrás. Se sentía muy débil, y estaba empezando a ponerse cada vez más pálido. Apenas podía mover la zona afectada.
Con el brazo libre, torpemente acarició a su contrario. Moverse nunca fue tan difícil, era como levantar una pesa. 

— Me estas desconcentrando — agudizó en un tono melodioso, algo amenazante.

El australiano soltó un suspiro largo. No podía esperar a que acabara, seguía doliendo aunque no tanto como hace unos minutos.

Spy miraba a sus alrededores, como buscando algo. Parecía haber olvidado las tijeras para cortar el hilo.

— Usá los dientes, gatita — comentó en tono bajo con la voz ronca y gastada.

Su contrario se limito a ladear la cabeza, negando, mientras ponía los ojos en blanco. Claramente era demasiado "elegante" para hacer cosa tan brusca.

No tardó mucho en hallar una y terminar de una buena vez con el trabajo.
Sacó de su bolsillo un hermoso pañuelo bordado, cual colocó suavemente en la herida.
A pesar de estar algo anonado, el francotirador notó aquel detalle.
No creía que usara esos pañuelos para cosas como estas, al menos no para alguien.