24

76.5K 6.6K 2.7K
                                    

Cal

Las costillas me duelen de tanto reirme por las tonterías que están contando estas mujeres.

Sé que Dorian y yo estamos a pocos minutos de irnos, pero no puedo dejar de escuchar la experiencia de parto de Isla y sus imitaciones de sus propios resoplidos mientras pujaba y las lágrimas saltan de mis ojos.

—Cal, ¿Nos vamos?— Dorian me habla cuando me calmo un poco y yo intento recomponerme. Marianne ya se ha ido, al igual que Bruno, que llegó más tarde, como Kendra y su pareja.

Sólo quedamos Lianna, Gemma y sus respectivas parejas y la pareja de actores porno, cuyo hombre me ha diseñado mi tatuaje favorito, el que tengo en las costillas, que cubre parte de mi esternón.

Adabel también está aquí, pero parece estar dispuesta a quedarse.

—Claro— le respondo finalmente.

Lianna y Gemma me abrazan y prometemos hablar antes del lunes y no mucho después, estoy siguiendo a Dorian a su coche. Luce de buen humor, pero está callado.

—Sube— abre la puerta para mí, como todo un caballero y el contraste con el sádico que me folla en Seks y en su cama es increíble. Una vez que comienza a conducir, vuelve a hablar—: ¿Algo que quieras contarme, Cal?

Trago saliva, intentando pensar qué demonios hice para que ahora me pregunte esto, pero me he comportado durante todo el día.

—No...

—¿Estás segura?

Decido irme por la salida más fácil.

—¿He hecho algo que te molestó?— mi voz titubea un poco.

Lo cierto es que nunca había ido a una reunión con un amo y ni siquiera estaba muy segura de que esperar. Quizás lo jodí todo diciendo o haciendo cosas que no debía, pero no porque quisiera molestar, sino porque genuinamente no sabía que no debía hacerlo.

—No es tan malo juntarse con la chusma de Seks, después de todo— masculla. Por otros segundos que se me hacen eternos, se queda callado—. ¿Qué dijiste sobre mí en las reuniones con las otras sumisas?

Trago saliva, con el temor acrecentando en mi interior e intento sonreír.

—Lo que pasa en el sindicato, muere en el sindicato.

—No estoy para bromas, Caléndula— suspira—. ¿Qué fue lo que dijiste?

—Prometo que no dije nada malo— me apresuro a decir.

—Sigues sin responderme.

Si está enfadado porque hablé sobre él, estoy jodida.

—Escucha, ni siquiera dije nada sobre nosotros, solo preguntaron si estábamos juntos o en una relación y dije que habíamos hecho algunas escenas, nada más.

—¿A ti te preocupa que piense que ellos crean que tenemos una relación?— me cuestiona.

—Bueno... ¿Por qué otra cosa podrías estar enfadado?

—Hablaste sobre Amelie— me recuerda.

No sé quién haya soltado el chisme, pero puede considerarse sumisa muerta. Se la daré de abono a las suculentas de mi madre.

—Dije que nos conocimos antes de saber sobre ella y que cuando lo supe, fuiste honesto conmigo al respecto— admito—. ¿Puedes llevarme a mi casa? Estoy cansada.

—Estamos hablando.

—Si, pero suenas enfado y no me gustas enfadado. Me agradas más cuando eres simpático—señalo—. Escucha, Dorian...

Espinas | SEKS #3Where stories live. Discover now