39| No soy Alex.

1.6K 200 216
                                    

Dulce.

Me había levantado con un fuerte dolor en el abdomen acompañado del grito de Alex.

Sus voces se escuchaban tan cerca que mi reacción fue no abrir los ojos, sino como buena chismosa que era, escuchar lo que dirían.

Al parecer Adán había tenido un accidente aquel día, me sentí mal por él, sabía que Lucas lo culpaba por la emoción del momento, en realidad, tal como lo había dicho alex, nadie tenía la culpa de lo que me iba a pasar.

Luego, no pude mantenerme quieta cuando escuché algo sobre un mentira ¿De qué mentira hablaban? No ¿Cuál era esa verdad? Pestañee por unos momentos sorprendida por sus declaraciones, cuando sentí que una mirada cayó sobre mí, cerré los ojos de golpe ¿Me habían descubierto?

Pasó unos minutos más, ya no podía mantenerme en el mismo lugar sin decir nada, comenzaba a sentirme incomoda así que hablé.

— ¿Chicos? —fingí llamarlos desorientada.

Ellos corrieron hacia mí.

Mi corazón se llenó de felicidad al verlos a todos, aunque faltaba Darren, los había extrañado tanto.

—Adivina a quienes...—Becca comenzó a hablar muy rápido sobre vacas.

Reí al imaginar corriendo a este equipo ilegal.

Vi como alex caminó hacia lo que parecía ser la cocina segundos despues, lo siguió Lucas.

—Dulce —llamó Becca haciendo que la mirase confundida — ¿Estas bien?

Deje salir un suspiro muy largo.

—Estoy bien —embocé una sonrisa —Gracias por rescatarme.

Ella me devolvió la sonrisa amigable.

—No tienes que agradecer nada, eres parte de nuestra familia ¿Acaso no somos amigas?

—Claro —reí —Tu eres como mi media naranja.

Recordé las muchas veces en las que me había sentido identificada con Becca, ella era una chica muy hermosa, tenía un aire de ser la chica mala aunque sabía que en el fondo era la chica que se preocupaba por el bienestar de todos.

—Claro, yo soy tu medio limón —soltó orgullosa.

— ¿No me diga que están hablando de sus limones? —carcajeo Lucas llegando a nuestro lado.

—Pervertido de mierda —Becca le lanzó una de sus botas.

—Ustedes hermanos del demonio no se cansan de llamarme mierda ¿No? —gritó cansado mi amigo.

Becca soltó un gran y sonoro "No" y desde su cuarto, adán gritó también un "No".

—Agridulce —me llamó alex llegando a mí, apartó de un empujón juguetón a todos y se sentó frente a mí con una sonrisa —Te daré de comer.

—No soy un bebé —me quejé tratando de levantarme.

Mala idea.

El dolor en mi estómago llegó al segundo, me torcí de dolor pero me mordí el labio volviendo a mi sitio, no podía ni levantarme para comer.

—No te muevas —me regañó Alex —Abre...

Los dos locos a mis espaldas comenzaron a reír ¿Qué habían entendido? Alex los fulminó con la mirada y volvió su atención a mí.

—El medico dijo que debes estar en reposo mínimo una semana —avisó —Mañana volveremos a Red Desert.

Eso no me sorprendió.

Prohibido Amar a Dulce ©Where stories live. Discover now