Fue realmente un milagro que encontráramos un motín involuntario cuando llegáramos, la gente corría mientras nosotros nos introducíamos a ese tétrico lugar, pasamos casi diez minutos buscando por todos lados hasta que escuchamos el sonido de un arma siendo disparada. Yo me encontraba junto a Lucas en el sector A mientras Becca y Adán estaban en el C donde habíamos recibido la información que en esos dos sectores se ubicaban las "Alumnas", por ende, dulce.

Poco despues, encontramos a Dulce tirada en el suelo, jamás vimos a alguien cerca, aunque de todos modos no podríamos saber quién fue el que disparó, la gente corría confundiéndonos más, salimos en la ambulancia que habíamos robado y volvimos a la casa que habíamos alquilado semanas antes.

Canadá era un país muy grande, terminamos descubriendo que el internado en el que se encontraban quedaba en un punto ciego para muchos, lo único bueno fue que a una hora de ese lugar, se encontraba un pequeño pueblo cerca al mar en el que nos instalamos, poca gente residía y felizmente pudimos encontrar una casa un poco lejos del pueblo que nos sirvió como alojamiento.

— ¿Nos alcanzará el dinero? —preguntó Becca alejándose de la cocina junto a Lucas, sentándose en la sala, uniéndonos en grupo.

—Pues de las carreras que hicimos ilegalmente, yo creo que nos alcanzará para el regreso —murmuré mientras pasaba mis manos por mi cabello, cansado —Todo saldrá bien, no se preocupen.

— ¿Estás seguro que nos alcanzará el dinero? Sino pues no te preocupes tú, dejaremos a Lucas botado —soltó Adán provocando una sonrisa cansada en mi rostro.

—Hey, sería más fácil dejarte a ti por borracho —se defendió el rubio.

—Gracias, ahora no dormiré por el miedo a que me dejen en Canadá —rio bajo mi amigo.

—No dejaremos a nadie —declaró fuerte Becca, mirándome —Confiemos en Alex.

Todos asintieron callados.

Miré por una vez más a dulce y no pude evitar sentirme triste.

Según Darren, el primo de dulce, le contó a Lucas que la habían internado porque ella de verdad necesitaba ayuda, necesitaba apartarse del mundo, en un momento se me ocurrió hacer a Darren un cómplice más pero descarté la idea de inmediato, nuestra presencia había provocado problemas en la vida de dulce.

No queríamos dañar otra vida.

Hubiese sido fácil presentarme y decir "Hey, soy real" pero no lo hice, no era el momento indicado aunque quise hacerlo, si yo me hubiese quedado aquella noche para que me presentara ella quiso todo esto no hubiera ocurrido.

—Hey, idiota —le gritó Becca a adán — ¿Tu brazo ya está mejor?

Este levantó la vista para verla mejor, parecía perdido en sus pensamientos.

Todos nos encontrábamos tan cansados, tan rendidos, no queríamos lastimar a nadie más, queríamos acabar con todo y simplemente huir pero no podíamos hacerlo, si lo hacíamos implicaría dejar atrás a dulce y eso sí que jamás.

Ella ya era parte de nuestra familia.

—Estoy de maravilla, lamentablemente sobrio pero de maravilla —soltó sarcástico.

—Sabias que eres un idiota —le gritó Lucas entre molesto y sarcástico —Becca solo se preocupa por ti y tu solo piensas en el alcohol y el tiempo que estuvieron separados.

—Para tu información, el alcohol es la mejor medicina que puedo tener para sobrevivir en este estúpido mundo —contratacó adán.

—Ya cálmense —hable rompiendo su competencia de miradas.

Prohibido Amar a Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora