· D i e c i s é i s ·

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Ella suspiró, nada convencida.

—Y sigues con tus mentiras... De acuerdo. Cuando quieras decirme lo que sea, te escucharé, ¿vale?

Asentí, y no añadí nada más sobre el tema. No era algo que quisiera hablar.

En su lugar, decidí aprovechar que estábamos solas para sacar otro tema.

—Tú... ¿qué opinarías de quedarme aquí más tiempo? Aunque vosotros os volváis a casa.

Sus cejas se alzaron, y tanteándome, preguntó:

—¿De cuánto tiempo estamos hablando? ¿Un par de semanas más?

—En realidad, algo así como todo el verano.

Apretó los labios y sacudió la cabeza, pensativa. Estaba valorándolo. Ella confiaba en mí, pero le preocupaba cómo estaría.

—¿Crees que te sentirías a gusto?

—Bueno, Angelo está siendo muy amable conmigo, y estoy cómoda con la Nonna. Si a ellos no les molesta, igual...

Dejé la frase en el aire, porque a lo lejos Tony regresaba junto a nosotras. En sus manos llevaba un plato con un pastel y tres cucharillas.

Llegó a nuestro lado, dejando el postre sobre la mesa, y se sentó en su silla. Al mirarnos se dio cuenta de que algo pasaba, y nos observó con curiosidad hasta que mi tía dijo:

—Cariño, ¿qué te parecería si Olivia se quedase aquí a pasar el verano? ¿Crees que a tu madre le parecería bien?

Sus ojos se iluminaron al instante.

—¿Qué dices? ¡Le encantaría! Ay, Olivia... Ya sabía yo que te enamorarías de este sitio.

Después se inclinó sobre mi tía para darle un beso en la mejilla, y ella murmuró:

—Además, así podremos tener los apartamentos para nosotros dos solos...

Puagh. Qué asco.

Decidí tomar un poco de pastel para ignorarlos. Hasta que escuché a Tony decir:

—No te preocupes, estará bien. Le encargaré a Jax que la cuide.

—Sé cuidarme solita.

Fruncí el ceño hacia él, que también estaba agarrando una cucharita de postre.

—No dudo de ello. Pero Jax y tú sois amigos, y no me fio de los chicos italianos, como mi sobrino.

El mundo se había vuelto loco. Y Tony no se daba cuenta de nada.

—Mejor dejemos las cosas como están —intervino mi tía, con una pequeña sonrisa conocedora—. Olivia podrá cuidarse sola perfectamente.

Y continuamos la cena, sabiendo que mi verano se alargaría más de lo que tenía en mente. Solo esperaba que fuese una buena decisión. Un verano entero, de vacaciones, antes de que mi vida de adulta empezara.

Ante mí, se abriría una perfecta oportunidad.


*****


ISABELLA: Así que es definitivo, ¿nos abandonas todo el verano?

CARLA: Te perdonamos porque sabemos que es por una buena causa, pero manda más fotos del musculitos italiano, porfa.

HEEIJIN: Tú calla, Carla, que también nos has abandonado y encima para pasar tiempo con tu hermanastro. ¿Qué clase de traición es esa?


Una Perfecta Oportunidad © 30/03/2023 EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now