Princesa de las Tinieblas (Herederos del Infierno #1)

Capítulo 33: Revelaciones

            Carter sacude la cabeza en negación. Sus cabellos rubios oscuros se pegan a su frente empapada de sudor.

            —No, no era por ellos. Era por mí. Me dijeron que si lo hacía bien sería puro y legítimo, y que si no lo hacía sería un repudiado, uno de los tantos renegados  que no sirven para nada.

            Eso suena aun peor. Me remuevo en la cama y limpio con las sábanas mi piel empapada de sangre. Siento un dolor alrededor del cuello.

            —Eres un perrito faldero de ellos. Sólo un peón más en su juego por matarme.

            —Algo más grande que un peón, lo dijeron. Por primera vez, me tomaron en cuenta en sus planes, y mejor aún, en el más importante de todos. Ya estaba todo listo, sólo quedaba quien ejecutara la parte final y todo habría terminado. —Sus ojos se vuelven brillosos—. Me sorprendí cuando me eligieron a mí, era un milagro. Creí que era una oportunidad para perdonar mis pecados, cualquiera que haya hecho y que no recuerdo. Pero tenía que matar a seis personas, unas buenas y otras malas.

            —Ha de ser muy fácil para ti, ya que ya te has encargado cuatro, y casi, de cinco —comento indignada y dolida. Realmente confiaba en él.

            Carter esconde su rostro detrás de sus manos, afligido.

            —Fue lo más difícil que he hecho en mi vida. No podría volverlo a hacer, no puedo.

            —Eras mi amigo, Carter. Confié en ti más que en Vin o en Lyla, y eso que a ellos los conocía desde antes que a ti. Dejé mi destino en tus manos e incluso me sacrifiqué por ti para que siguieras respirando. Confié ciegamente, creyendo que jamás me traicionarías. Pero lo has hecho y no puedo dejar que esto vuelva a pasar. Fui tan estúpida, debí de creer a Vin cuando me advirtió…

            —¡Vin! —Carter se mueve bruscamente al decir el nombre y me mira furioso y con lágrimas en los ojos— ¡No te atrevas a decir que él es tu amigo, porque él es peor que yo!

            La bilis me sube por la garganta.

            —¡Nadie es peor que tú, Carter Lasdis! Eres un traidor, un asesino y un monstruo. Jamás debí de haber confiado en ti. ¡Nunca debí de conocerte!

            Carter me observa tan dolido que flanqueo un momento, pero enseguida su mirada se torna dura y maliciosa.

            —No lo conoces, al igual que yo no te conozco ni tú me conoces a mí. Me acusas de ser un monstruo cuando no te fijas en lo que tienes delante de tus narices. Si yo soy un asesino, ¡tú también lo eres! Eres una traidora al igual que yo, y un monstruo por lo llevas dentro. Me acusas de mucho pero eres igual a mí.

            —¡Cállate!

            —No, ¿quieres la verdad? Te la diré aunque no te guste, pero luego no te enfades conmigo por tu estupidez.

            Trato de incorporarme de la cama, estoy demasiado furiosa que intento enfrentarme cara a cara y de pie con Carter. Y me levanto, y me sujeto al mueble de la cama para mantenerme de pie.

            —No creeré nada de lo que digas. Tratas de hacerme sufrir y desconfiar de mis amigos, pero déjame que te diga: ¡no lo lograrás!

            Pero Carter no se queda con la boca cerrada, y ante mis negativas y acusaciones, suelta todo lo que sabe.

            —¿Es que no te preguntas qué paso realmente la noche que escapamos? Planeabas escaparte con Vin, por la salida de abajo y fui yo el que sugirió salir por la puerta principal. Esa noche solté a las bestias de la cárcel, quienes atacaron y asesinaron a muchos cazadores mientras nosotros nos largábamos. Ése era el plan, Cassie. Los cazadores planearon que escapáramos de cualquier forma, incluso si eso implicaba que unos de los nuestros murieran para hacer más creíble todo. ¿La llegada a aquí? También lo elaboraron, aunque claro, todo lo que sucedió con Vin fue improvisado, y en cuanto llegué aquí tuve órdenes de encargarme de seis culpables.