―Está bien, hijo, solo te digo que lo pienses.

Ignoro eso que me dice y me voy a bañar, al rato llega mi padre y mi hermano con los helados, seguimos poniéndonos al día y cuando son las 4:40 pm, voy por mi moto y me voy al trabajo. Llego justamente cuando son las 4:50 y entro a la cafetería listo para otra tarde atendiendo clientes.

Se hacen las 5:50 y cuando creo que fue una tarde tranquila entra la chica que se ha vuelto un dolor de cabeza desde hace un corto tiempo. Viene acompañada de su amiga pelirroja, se siente en una silla riéndose de algo que le ha dicho su amiga y la detallo, viene vestida con un pantalón negro rasgado en las rodillas, una blusa sin mangas blanca y unos zapatos negros «Se ve espectacular» a su amiga no la detallo porque no me importa.

No la quiero atender así que paso al lado de ella para atender a otro cliente que entró luego de ella, noto como me observa pero yo ni la distingo.

―Bienvenidos a La comida es el paraíso, ¿Qué desea ordenar?

―Quisiera un cappuccino y una porción de torta de chocolate, por favor.

―Enseguida se lo traigo. ―respondo amablemente mientras doy media vuelta para ir a informar al cocinero.

Espero los minutos correspondientes para que esté lista todo la orden, cuando ya tengo todo en la bandeja voy directo a entregárselo al cliente, paso por el lado de mi dolor de cabeza desde hace un tiempo para acá, noto como tiene una pequeña sonrisa en la cara y cuando quiero llevar la mirada al frente caigo de boca al piso, con el pie que coloca en el medio la pelinegra, botando el cappuccino y la porción de torta al suelo.

―Disculpen, me he enredado con mis propios pies, ya vengo a limpiar esto ―digo disimulando el enfado― Ya le traiga una nueva orden, señor ―le digo al cliente.

Paso por el lado de la pelinegra y puedo observar cómo se está riendo «Ya verá» Pido de nuevo la orden y voy a limpiar aquel desastre. Miro la cara de satisfacción en la chica y respiro hondo para no hacer alguna estupidez. Cuando tengo todo limpio, me lavo las manos y voy por la orden del cliente.

―Disculpe la tardanza. ―le digo al cliente.

―No se preocupe, con lo que le pasó valió la pena la tardanza. ―dice el muy cretino.

Finjo una sonrisa en la cara y voy a sentarme a la cocina para pasar la rabia, luego de un rato vuelvo a donde están los clientes y puedo notar que sólo están ocupadas dos mesas, en donde está la pelinegra y otra donde está una señora.

Puedo notar que la pelinegra está muy bien maquillada y pienso en un plan, voy a la cocina y agarro un poco del arma que usaré, espero un poco para que sea el momento preciso, luego de unos minutos la pelinegra se levanta para ir al baño, ya que cruza directo hacia donde quedan, disimuladamente la sigo y espero a que salga de éste, cuando sale y me ve, vuelve la sonrisa a su cara.

―¿Te parece muy gracioso lo que hiciste allá afuera? ―pregunto viéndola a los ojos.

―Comparado con lo que me hiciste en la playa, sí, fue muy gracioso.

―¿No te parece que estamos ya muy grandes para este tipo de juegos? ―le pregunto― ¿Por qué no nos tratamos como personas normales? Ni siquiera sé tu nombre.

―Bueno, me parece perfecto. Me llamo Fiorella, mucho gusto ―se presenta mientras extiende la mano.

―Jake, mucho gusto ―le estrecho la mano― Y lástima que nunca veas un buen rival cuando lo tienes al frente ―le digo y rápidamente le paso la mano izquierda llena de crema de chocolate por su cara dañándole el maquillaje y salgo corriendo de ahí.

Puedo escuchar el grito de frustración de Fiorella «Ahora sé como se llama» Y río, me siento a esperar que salga del baño y en su cara se ve que está molesta, ahora viene sin maquillaje y se ve más hermosa, le dice algo a su amiga y ésta se ríe, la pelinegra sale enfadada de la cafetería, su amiga sale tras de ella no sin antes mirar a mi dirección y volver a reír. Se va la última clienta y junto a Matthew acomodamos y limpiamos todo, cuando ya está todo listo, salgo en busca de mi moto para ir a mi apartamento.

La pelinegra creyó que lo que me hizo no tendría consecuencias, vaya niña tonta. Al llegar a mi apartamento miro noto un poco de comida en la mesa junto a una pequeña nota No fuimos a nuestro apartamento, hablamos mañana con letra de mi mamá, ceno un poco y me acuesto a dormir pensando en que si alguna vez podré superar a Ella.

═══✦═══

Aquí está el capítulo cuatro, muchas gracias por leer.

Si pueden ayúdenme recomendado el libro.

No olviden votar y comentar.

Lxs quiero.❤

La chica de la cafetería.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora