El Intento fallido de Rambo se subió a las escaleras con uno de sus cuchillos en su mano.

Cree una esfera de electricidad en mi mano derecha.

Cuando Diego abrió la puerta, estuve a punto de lanzar la esfera hasta que escuché la voz de un hombre al otro lado.

—¡Me lanzas otro de esos malditos cuchillos y levantare cargos! —suspire y deshice la esfera de mi mano.

—¿Qué quieres, Al? —pregunto Diego abriendo la puerta.

—Yo no soy tu secretario. —dijo el hombre llamado Al.

Olvidare su nombre en un par de horas.

—Una chica te llamo, dijo que necesitas tu ayuda.

—¿Quién era?—preguntó mi hermano bajando las escaleras.

—No se. Una detective. Creo que dijo que su nombre era Blotch o algo así—. ¿la ex novia carismática de Diego?

—¿Patch? Necesita mi ayuda. —volvió a subir las escoltas yendo hacia la puerta.

—Necesita que te encuentres con ella en ese motel, un basurero en Calhoun.

—¿Cuando?

—Como media hora. Dijo que encontró a tu hermano.

Los tres vimos a Cinco dormido plácidamente en la cama de Diego.

—Eso no tiene sentido. —dije tratando de hacer memoria—. Klaus.

—Klaus.

—Klaus.

Dijimos los tres al mismo tiempo.

Con razón no lo había visto en todo el día.

No me había molestado los diez minutos de siempre.

—Ve. Yo esperaré con... —Luther no pudo terminar ya que Diego ya se había ido.

—Genial... —canturrie tirándome de nuevo a la cama.

Luther suspiro y salió del cuarto, yendo a lo mejor por comida.

Me paré de la cama, y me hinqué ante la cama en la que estaba Cinco.

—Por que eres lindo hasta borracho, idiota. —bufé, al quererme parar del suelo sentí una mano tomar mi muñeca.

Fue Cinco.

—Duerme conmigo. —murmuro entre sueños.

Reí sin gracia y quite su mano de mi muñeca—. Duerme con Delores, ¿te la doy?

—No... quiero dormir contigo. —musito abriendo los ojos un poco.

—Yo no quiero, estas borracho por dios. —me senté de nuevo a los pies de la cama.

Fue entonces cuando Número Cinco se teletransporto y puso su cabeza en mi regazo.

—Así estoy mejor. —murmuro de nuevo y cayó dormido.

No recordará nada de esto mañana.

Es probable.


(...)



—¿Cuándo se supone que será? El... Apocalipsis.

Había despertado en la posición al revés. Yo en las piernas de Cinco y él acariciando mi cabello.

Sentía mi cuello doler, probablemente cambio la posición al despertar por lo que supongo que dormí sentada.

—No puedo darte una hora exacta, pero... por lo que se, nos quedan cuatro días. —me senté en la cama y comencé a sobar la parte trasera de mi cuello.

MY OH MY ── cinco hargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora