- ¿Lorenzo y tú andan? - preguntó divertido

- No, solo es mi amigo, es asquerosamente torpe - bromeó

- Muy tu tipo - rió

- Ni siquiera tengo un tipo imbécil - carcajeo - ¿Vamos? - pregunto viéndolo

- Vamos - sonrió

Ambos bajaron encontrándose con Lorena y Grettell encima de Lorenzo preguntándole sus intenciones con Dalia a lo que el pelinegro solo reía.

- Ya déjenlo en paz, ¿No han tenido amigos? - rodó los ojos Dalia

- Un amigo es Froy - dijo Lorena

- Lorenzo no es Froy - apoyo Grettell

- Son tan tontas - carcajeo Dalia - Nos vamos - dijo mientras jalaba a Lorenzo de la mano hacía fuera

- ¡NO ME DES SOBRINOS TAN JOVEN EH! -grito Grettell antes de que estos subieran al carro

- Son tan pesadas, lo siento - se disculpo Dalia mientras reía

- Está bien - rió - Me agradan - sonrió antes de arrancar el carro

- Te seré sincera - hablo Dalia mientras jugaba con sus manos

- ¿Sí? - preguntó

- Acepte venir por que estaba demasiado aburria y... - Lorenzo la interrumpio

- Soy más divertido que cualquiera que conozcas, lo sé - dijo egocéntrico

- Eso no es lo que dije y no es el punto - agregó - Vine para evitar que invadas la privacidad de Roma y te odie por ello

- Lo lamento, no podrás convencerme - hablo Lorenzo mientras reía

- Lorenzo piénsalo, te va a odiar por que no confías en ella, además ya le enseñe algunas técnicas de defensa para que no le pongan un dedo encima - sonrió a lo que el pelinegro suspiro mientras estacionaba el carro en la nada

- Eres muy insistente ¿eh? - dijo por vencido

- Algo - se encogió de hombros

- ¿Tienes hambre? - preguntó mientras volvía a arrancar el carro

- No - respondió Dalia enseguida

Eran las nueve de la noche y según datos que leía en internet a esa hora no se debía comer si bajar de peso era su meta.

- Me rindo no se que más hacer - freno el carro

- Podemos ir a los juegos que hay en Double Feature - propuso la pelirroja - Así te acompaño a comer y luego jugamos - sonrió


Double Feature era un restaurante/bar muy popular en el pueblo en donde habían varios juegos como hockey de mesa, billar, y de más.

- Que buena idea - sonrió para luego conducir hasta allá

Al llegar al establecimiento habían pocas personas, solo una familia y dos parejas, Lorenzo agradeció internamente pues se estaba muriendo de hambre. Pasaron a sentarse a una mesa frente a un ventanal enorme.

- Buenas noches, ¿Qué desean ordenar? - preguntó amablemente una joven solo unos cuantos años mayor que ellos al instante en el que se sentaron

- Yo comeré una hamburguesa con doble queso y una coca cola - sonrió Lorenzo

- Yo solo una botella de agua - dijo Dalia de manera neutra, sin sonrisa, sin mala cara.

- Okay, enseguida les traigo su orden - dijo mientras le regalaba una sonrisa al chico para luego irse

- Te coqueteo - comentó divertida Dalia

- ¿A mi? - rió - Por Dios nadie me coquetea - volvió a reír

- Yo creo que si lo hacen solo que eres algo bastante torpe - rodeó los ojos

- Estas celosa - dijo con orgullo él

- ¿Celosa? - carcajeo - Solo quiero ver si nos darán un descuento en los juegos -comento divertida

- Tonta - dijo Lorenzo mientras le lanzaba un avioncito de papel que había armado con una de las servilletas que habían en la mesa

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- ¡Eres un tramposo Lorenzo Dawson! - grito Dalia mientras este celebraba su triunfo en el hockey de mesa

- Y tu una mala perdedora Dalia Solari - sonrió

- Apuesto que la mesera que nos atendió es bruja y hechizo el juego para que siempre ganarás, es lo más lógico - se encogió de hombros la pelirroja a lo que Lorenzo carcajeo

- ¿Es en serio Dal? - dijo entre risas

- Si - dijo tomando su chaqueta para salir de ahí con Lorenzo a sus espaldas - ¿No fue esto mejor que invadir la privacidad de tu hermana menor? - dijo mientras se giraba para verlo

- Lo fue cuando esa mesera linda me dio su número - dijo mientras sacaba un papel de su chaqueta

- Promiscuo asqueroso - rodeo los ojos Dalia

- El último en llegar al carro paga la próxima cena - dijo Lorenzo mientras corría

- Hey no es justo - dijo la pelirroja para luego seguirle el paso

Por obvias razones Dalia fue la última, su rendición física era un mal chiste, Lorenzo no podía parar de reír mientras ella recuperaba el aliento pero de un momento a otro cayó al piso, el castaño preocupado se acerco, se había desmayado.

- Dios mio, ¿Qué ocurrió? - dijo saliendo la mesera linda que le coqueteo - Iré por algo de alcohol - dijo para luego irse corriendo

Luego de un rato Dalia desperto y enseguida subieron al carro para ir a casa, el camino era un completo silencio, la pelirroja no quería hablar más pues solo le había dicho que seguramente no era nada y que luego asistiría al doctor, mintió.

- Te ves algo pálida - murmuró

- Solo estoy cansada - trato de sonreír

- Llegamos - dijo mientras estacionaba el carro

Dalia sonrió intentando salir lo más pronto posible del carro, era tan incómodo que no podía soportarlo.

- Dal, sea lo que sea que te pase, cuentas conmigo - dijo Lorenzo antes de que esta cerrara la puerta

- Todo esta bien super galán - trato de bromear - Solo fue parte de mi plan para que hablaras más con la linda mesera - guiño el ojo para luego cerrar la puerta sin esperar respuesta.

Vaya día, vaya noche, vaya vida.

Compras Nocturnas ©Where stories live. Discover now