6: Calíope es su dios.

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Deja que el terror forme parte de esta noche.


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Calíope

Mis pies se movieron al compas de la música, mis manos al compas de su cuerpo, mis labios al compas de los suyos.  

Las manos de Logan en mi cintura hicieron que olvidara lo que había pasado con Ángel, con el chico que era mi mejor amigo, con el chico que se metió entre las piernas de mi hermana, con el chico que ahora era el amor de la chica que era mi mejor amiga. 

—Sabia que tarde o temprano volverías a mi, Calíope. —Las palabras que salieron de sus labios hicieron que sonriera, me burlaba de Logan y de toda la estupidez que salía de  su boca; el simple hecho de que el pensara que me tenia en sus manos era motivo de burla cuando en realidad era todo lo contrario. 

—Lamento haberme alejado, yo te necesito. —Sí, claro. 

Podía sentir las risas en mi cabeza, mi risa y las suyas, viendo lo patético que se veía  diciendo aquellas cosas, era motivo de burla, de comedia, Logan tenia el apellido bufón en su nombre. 

—Calíope —La voz de Selene tras la canción Heathens  hizo que volteara, mis labios dibujaron una perfecta sonrisa para ella.

—¿Qué sucede? —Las manos de Logan en mi cintura hicieron un fuerte agarre en mi cintura, mi cara hizo una expresión de desagrado, pero la cambié al instante.

—¿Podrías soltarla, Logan? —Dijo enojada, su ceño estaba fruncido y claramente explotaría, Selene siempre lo hacia. Por mi. 

—Es mi novia, ¿por que tendría que ceder ante los deseos de su fanática obsesiva? 

—¿Fanática obsesiva? —La risa nerviosa que ella mostró la dejo en evidencia y hizo que Logan se burlara.

Soltándome de su agarre fui hasta ella, poniéndome de su lado y tomando postura para defenderla.

—Ella es mi mejor amiga, no le hables así —Pude sentir como el cuerpo de Selene se estremeció, le daba la atención que siempre quiso, la atención que tanto luchó por obtener, la atención que día tras día quería robarse.

—¿Ella es tu mejor amiga, Calíope? —La voz de Ángel a mis espaldas me hizo voltear, en un intento de no sonreír tosí; tapando mi boca con mi mano derecha, sentí la humedad en ella, viendo lo que contenía salí corriendo rápidamente.

Mientras corría el cuerpo de Jaxon a la lejanía se volvía más cercano, una mueca de enojo y de terror dibujó mi rostro ante aquello.

—¿Sangras? —Preguntaba lo evidente, pero lo hacía por burla, para burlarse de mi y de lo que me estaba pasando. Justo como lo hacía mi padre.

—Ve-t... —Él se acercó tomando mi larga cabellera entre sus dedos, apretándola y por medio de eso jalaba mi cuerpo a la lejanía. —Suéltame. Me estás lastimando.

Narra autora.

—¿Cómo dices? —Los ojos de Jaxon se abrían hasta más no poder, el cuerpo de la pelirroja se encontraba en el suelo, llenado su vestido y su piel blanca de lodo, mugre y suciedad que podía haber en aquel suelo.

—¿Qué es lo que quieres de mi? —La mirada que mostraba Calíope no era la misma que hacía unos segundos, era una llena de odio, maldad y malicia, Calíope parecía ser un camaleón, una serpiente que cambiaba de piel, que mostraba una nueva cara cada que se lo proponía.

Ella era letal, hasta para el ser más peligroso que existía en la tierra.

»—¿Quieres que pierda la cabeza? ¿Quieres que...? ¿Qué es lo que quieres? —El cuerpo de Jaxon se acercó a ella, su cabeza se ladeaba conforme daba un paso.

La luna no podía reconocer en ese momento quien de los dos estaba más loco.

—Yo lo único que quiero es que sangres... —Las rodillas de él se doblaron frente a ella, como si le rezara, a ella, como si Calíope fuera su dios, como si ella fuese quien lo otorgara la vida. —Que cada extremidad de tu cuerpo sea abierta con un cuchillo lentamente y que tus costillas queden expuestas a la oscuridad de la noche, que tus ojos sean inundados por los gusanos de estas tierras y que lo último que sientas y escuches sea yo diciéndote: deja que tus gritos formen parte de mis sueños.

—Estás loco —Pero no, aquello no era odio, no era desprecio.

—No preciosa, lo mío va mucho más allá de la locura. —Las manos del chico tomaron la cabeza de Calíope lado a lado trayéndola hacía él, los dientes filosos de su boca atraparon el labio inferior de Calíope, mordiéndolo con un ápice de placer, pero con evidente fuerza; la cuál hacía lo que él deseaba.

Que la gran Calíope Urriaga sangrara.

Caliope.©Where stories live. Discover now