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Salí de ahí, pero no sabía que hacer, ya se había ocultado el sol

Que problema.
Las personas de este país son...
No debería pensar en eso.

- señorita ¿Ya tiene donde pasar la noche? - dos hombres llamaron mi atención

Uno de ellos era bajo y gordo, el otro, era todo su contrario, alto y delgado

- ¿te gustaría pasar la noche en mi casa? - el gordito hablo

- ¿De verdad? ¿Hay alguna habitación disponible? - dije emocionada

- como motivo de primer aniversario, una noche con dos comidas le sale solo por 10 San

- ¿Con dos comidas? - estaba tan ambrienta que ya empezaba a fantasear

- si, permítame su equipaje - intento tomar mi maleta

- no gracias - dije nerviosa

- insisto - dijo el delgado - esta noche, ¡las mujeres pueden comer y beber a sus anchas!

- ¿enserio? - solté mi maleta

- oh, veo que le gusta la oferta. Una oferta tan oportuna... No podría ser verdad - su cara amable, se convirtió en una siniestra y empujando me, se llevaron mi equipaje - chica de campo

- rayos. ¿Es que las personas de este país se les ha secado el alma? Les daré una pequeña lección - dije molesta

Estaba a punto de invocar al viento, cuando de repente colapse

No, no debo.
Terminaré yendo al cielo

- señorita ¿Te encuentras bien? - fue lo último que escuche, antes de que oscureciera

Oh que olor más delicioso

El olor a sopa y pan me despertaron

Ya veo... Es que el cielo huele a pan recién horneado y sopa...

Salte de la cama, no estaba soñando, había sopa y pan, pero además, habían dos jóvenes, una de mi edad y otra mucho menor,junto a ellas, un hombre mucho mayor

- veo que ya despertaste - el hombre hablo

— menos mal - la mayor de las dos jóvenes hablo

- ¿Estás bien? - la dulce voz de la menor sonaba preocupada

- por lo pronto, come. Si no lo haces, el sonido de tu estómago no nos dejara conversar - dijo el hombre nuevamente, mientras la joven se sentaba a mi costado

- vamos, come - dijo la joven amablemente

- ¿puedo? - pregunté viendo la comida con demasiadas ganas de devorarla

- no te levantes, podrías golpearte la cabeza - dijo ella sosteniendo mis hombros

- no he terminado de trabajar, esten pendientes de ella - dijo el hombre saliendo

- si, no la perderé de vista - dijo la niña

- Liza, no seas grosera - regaño la joven

- no me importa que lo hagan. ¿Me permiten comer? - pido

- ¿Hace cuánto que no comes? - pregunto la joven de nuevo

- desde el medio día - digo tranquila

Que Duro Es El Amor(Livius & Nike)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant