35: Felix Felicis

Start from the beginning
                                    

—No es sólo eso —añadió Hermione—. Nos está pidiendo que salgamos del castillo por la noche, y sabe que han endurecido las medidas de seguridad y que si nos pillan se nos caerá el pelo.

—Pero no sería la primera vez que vamos a ver a Hagrid por la noche —alegó Harry.

—O la primera vez que salimos de noche.—agregué.

—Ya, pero nunca por una cosa así. Nos hemos arriesgado mucho para ayudarlo, pero... en fin, Aragog ha muerto. Si se tratara de salvarlo...

—Si se tratara de salvarlo, te aseguro que yo no iría —dijo Ron—. Tú no lo conociste, Hermione. Créeme, lo mejor que podía hacer ese monstruo era morirse.

—Bueno, yo iré, necesita a sus amigos, si tengo que fingir pena por algo que casi nos comió, lo hare—me encogí de hombros. Ron negó con la cabeza.

—Estas loca.

—No estarás pensando en ir, ¿verdad, Harry? —dijo Hermione—. No vale la pena que nos castiguen por una cosa así.

—Sí, ya lo sé —dijo él soltando un suspiro—. Supongo que Hagrid tendrá que enterrar a Aragog sin nosotros.

Yo me senté bien y vi mejor la carta, se notaba que dentro habían caído unas gruesas gotas de llanto que manchaba aun mas la carta.

—Pues yo iré—dije firmemente—. Hagrid necesita a un amigo, un hombro en el que llorar— fruncí el ceño—. Solo espero que no me aplaste.

—Te prestare la capa—Harry me aseguró— Ten cuidado.

Sonreí y cambie de posición, esta vez poniendo mis piernas encima de las de Harry.

—Mira, esta tarde la clase de Pociones estará casi vacía porque muchos iremos a examinarnos.—Hermione le propuso al cara rajada—. ¡Es tu oportunidad para convencer a Slughorn!

—Sí, a la cincuenta y siete va la vencida, ¿no? ¿Por qué iba a tener suerte esta vez?

—¿Suerte? —dijo de pronto Ron—. ¡Ya lo tengo, Harry! ¡Suerte!

—¿Qué quieres decir?

—¡Utiliza tu poción de la suerte!

—¡Ron! —se asombró Hermione—. ¡Claro! ¿Cómo no se me ha ocurrido?

—¿En serio estas de acuerdo con usarlo?—le pregunte sorprendida, aunque bueno Hermione se habia saltado varias reglas con las pócimas como prear poción multijugos, y además la información que retenía Slughorn era de vital importancia.

—¿El Felix Felicis? —dudó Harry —. No sé... Pensaba guardármelo para...

—¿Para qué? —preguntó Ron.

—¿Qué hay más importante que ese recuerdo, Harry? —pregunté confundida.

El no contestó. Me quedo viendo por uno par de momentos sin decir nada y luego desvió la mirada, viendo al suelo del patio, sin respondernos, los tres nos vimos confundidos y chasqueé los dedos en frente de su rostro para hacerlo volver a la Tierra, parecía un poco ruborizado.

—¡Harry! ¿En qué piensas? 

—¿Qué? ¡Ah, sí! Bueno, vale. Si no consigo hacer hablar a Slughorn esta tarde, tomaré un poco de Felix y volveré a intentarlo por la noche.— rehuyó mi mirada haciéndome sospechar.

—Muy bien. Entonces no se hable más. —Hermione se puso en pie e hizo una ágil pirueta—. Destino... decisión... desenvoltura...

—Basta, por favor —suplicó Ron—. Estoy harto de... ¡Rápido, tapenme!

Laila Scamander Y La Maldición de MorganaWhere stories live. Discover now