— ¡Los cobardes usan armas! ¡Los hombres cuchillos!—rodee los ojos ante la arrogancia de Diego.

Era mi turno.

— Ten cuidado.—murmuró Ben, algo nervioso.

Asentí y mire a Klaus el cual también me miraba.

Rápidamente mi cuerpo fue hacia uno de los cables que había en el banco, sacaba chispas mientras avanzaba más rápido por el.

— ¿Que ocurre?—uno de los hombres apuntaba a todos lados mientras que el otro lo seguía.

Salí disparada del cable y caí parda frente a él.— Hola..

Sonreí, el hombre frente a mi disparo al verme pero lo esquivé con facilidad.

— No me gustaría que haya más hombres como tú.—canturree frente a él de nuevo.— Mm si.

Mis manos comenzaron a brillar en un morado intenso y lo mire con burla. Dirigí mi mano a la altura de su miembro y envolví la energía púrpura ahí.— Romper.

Solo se escuchó el «Crack» del hueso y este comenzó a gritar del dolor. Cayó al suelo y comenzó a revolcarse ahí.

— Soy bastante buena persona.—murmuré y rompí su cuello con un chasquido de mis dedos.— De nada.

Me acerque a mis hermanos, los cuales ya se habían deshecho de los demás hombres. Solamente quedaba uno que por miedo se había subido al mostrador amenazándonos con su pistola.

— ¡Atrás fenómenos!—sonreí con diversión y seguimos avanzando.

— Oye ten cuidado ahí arriba.—grito Diego con burla.

— ¡Retrocedan!

— Si, no queremos que te lastimes.—dije yo esta vez.

— Ey.—apareció Número Cinco a su lado.— No le apuntes a ella.

Cuando el hombre iba a disparar hacia Cinco, él se teletransporto apareciendo al otro lado y cambiando la pistola del hombre por una grapadora.

El hombre al darse cuenta que Cinco estaba a su lado trató de disparar pero esta solo sacaba grapas.— Que tremenda engrapadora.—y lo golpeó en la cara con esta haciéndolo caer desmayado.

Nos acercamos a Ben, el cual no quería entrar en la bóveda en donde había más ladrones.

— ¿De verdad debo hacer esto?—cuestiono Ben con algo de miedo.

— Anda Ben.

— Hay más tipos en la bóveda.

— Puedes hacerlo Ben.—dije sonriéndole, tratando de hacerlo sentir mejor.

Suspiro.— No vine para esto.—y entro a la bóveda.

Allison y yo comenzamos a liberar a los rehenes, mientras que Klaus y Luther abrían las puertas del banco.

Al soltarlos a todos, vimos tras la ventana como Ben mataba a aquellos hombres con sus tentáculos. Sabía que a él nunca le había gustado hacerlo, tenía algunas pesadillas sobre eso.

Cuando salió de la bóveda, estaba totalmente cubierto de sangre.— ¿Ya podemos irnos?

Me acerque a él, sacando de mi bolsillo una pequeña toalla. Y así comencé a pasarla por su cara quitando la sangre que había ahí.

— Gracias.—murmuró sonriéndome de lado.

Asentí hacia el, y comenzamos a salir los siete del banco.

Rodee al hombre en el piso mientras lo miraba con algo de asco. Me puse aún lado de Ben, en nuestras posiciones determinadas.

De pronto, varios reporteros comenzaron a acercarse y a hacer preguntas.

MY OH MY ── cinco hargreevesWhere stories live. Discover now