Apartó el montó de ropa que su madre había creado con el píen, iba a tener que ir si o si, así que no le serviría de nada resistirse. Por su suerte su madre no había tirado al suelo su camisa roja, ni una de sus americanas negras, descolgó las dos prendas y las dejo reposar en la cama con cuidado, entre el montón de ropa encontró unos pantalones negros, estos los arrojo a la cama antes de agacharse para agarrar un montón de ropa para colocarla en su lugar, cuando lo iba hacer pudo ver con claridad una maleta negra, reconocía perfectamente esa maleta, era suya. Pero ¿por qué la dejo en el armario sin deshacer? Soltó la ropa y agarro la maleta, cuando la cogió a peso pudo notar que pesaba bastante, se sentó en el suelo como un indio y colocó la maleta en el suelo. Sin demorarse más abrió la maleta cuando lo hizo recordó que hacía esa maleta en el fondo de su armario. Miraba el interior con aburrimiento mientras reconocía distintas cosas del interior, de ves en cuando una sonrisa tonta le aparecía en los labios. Miró el interior de la maleta y después la ropa de su alrededor, una nueva mirada a la maleta y una sonrisa divertida se dibujo en sus labios, en este corto tiempo su yo divertido había conseguido robar la llave de su libertad, aun que no sabía por cuanto tiempo.

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―Cada día me sorprende más. ―Comentaba la señora Fire en el auto mientras miraba de reojo a su copiloto.

―Me dijiste que podía ir como quisiera ―comentó con aburrimiento mientras pasaba sus dedos por un pendiente de pluma que colgaba de su oreja izquierda, aun que esa pluma no tenía un color normal, era de un montón de colores llamativos ―haber especificado.

La peliroja prefirió callarse, el tiempo se le echaba encima y ya que iba a llegar un par de minutos tarde no pensaba hacerlo también enojada, así que dejo a un lado el nuevo disfraz de su ahora "hijo" Ren Fire.

A Rosen le encanta disfrazarse, pero no con una careta y listo, no. A ella le gustaba trabajar en el personajes, pulir cada detalle, hacer que pareciera real, y en la mayoría de los casos tenebroso y que diera mucho miedo, por eso tras muchos años comprándose distintos maquillajes, pelucas, lentillas con la pupila de color, había conseguido tener una gran maleta para disfrazarse cuando le diera la gana y de quien quisiera. Y esa noche tocaba ser Ren Fire, el único hijo de Katsu y Andrea Fire.

Madre e Hijo, a diferencia de lo que creía la primera llegaron a tiempo a la casa de su jefe, era una mansión, un enorme jardín, en mitad de este había una fuente y a pocos metros la entrada a la casa, el alrededor de la fuerte y lo que había de distancia desde ese punto hasta la cancela el suelo dejaba de ser verde para convertirse en asfalto, Andrea paró el auto enfrente de la cortas escaleras para llegar a la vivienda, las dos personas del interior se bajaron, y casi automáticamente un hombre se llevaba el auto para aparcarlo, Ren miraba la mansión algo asombrado, era como cinco veces su cosa actual, un suave golpe en su nuca, de parte de la mujer le hizo volver al mundo real y ver a los anfitriones delante de él, a uno de ellos lo reconoció de inmediato, era al más joven, un chico castaño con unas extrañas gafas ocultando sus ojos, era ese cretino que jugó contra Raimon, no lo conocía, pero el modo que trato ese día al fútbol no le agradó nada.

La cena trascurrió con normalidad, pero cuando se acabó y los mayores empezaron hablar de negocios a los dos únicos menores presentes les invitaron a abandonar la sala. Obligado por su padre, Kido tubo que hacer compañía a ese extraño chico, era inferior a él, ¿por qué tenía que estar a su lado? Ambos acabaron en la habitación del castaño, era un lugar tranquilo y por desgracia de ambos tendría que estar acompañado por la otra persona. Cuando estuvieron dentro Ren se acerco a unas de las ventanas, por otra parte Kido decidió sentarse en el sofá.

Silencio, un silencio muy incomodo o al menos para Ren, ¿cuando demonios iba acabar esa estúpida reunión?

―Bueno... ¿y no tienes mascotas?

Una Nueva Aventura /Inazuma Eleven (súper once)/ {Con los nombre originales}Where stories live. Discover now