La pareja terminó su comida y solo esperaron a que los pequeños se cansaran de jugar para poder irse, pero parecía que nunca se iban a cansar. TaeYong se levantó y fue en busca de sus hijos, mientras YoonOh le hacía una seña diciéndole que lo esperaba afuera.

—Ya pagué la cuenta, ¿vamos? —extendió su mano y el mayor la tomó entrelazando sus dedos—. ¿Quieres caminar un poco? —TaeYong asintió y empujó a sus hijos para que caminaran delante de ellos.

Comenzaron a caminar en línea recta viendo curiosos todos los establecimientos que había en la avenida. Un gritó llamó su atención y cuando se giraron se dieron cuenta que se trataba de una escuela de taekwondo.

Jeno corrió hacia el ventanal y se quedó anonadado al ver como chicos y grandes llevaban a cabo un par de ejercicios.

—¡Papi!

—No—de inmediato supo a lo que su hijo se refería—. No hay manera.

Jeno hizo un gran puchero y cerró sus ojos con fuerza. Lágrimas comenzaron a salir de él como si guardara el agua del río Nilo.

Mientras TaeYong trataba de calmar al pequeño, XiaoJun y YoonOh se alejaron un poco del drama. Escuchaban como Jeno pedía que lo inscribiera a clases, mientras su padre le daba diferentes razones para no hacerlo.

Parecía que el drama nunca iba a acabar, así que el joven se acercó y se hincó frente a Jeno quien lo miró con los ojos enrojecidos.

—Dile a papi que no sea malo.

—Le diré—prometió abriendo sus brazos de par en par—, pero vamos a casa—el pequeño asintió y se dejó cargar para ser llevado devuelta al auto.

—¿Y tu auto?

—Lo dejé en casa—dijo acomodando al menor en el asiento trasero.

—¿Quieres que te lleve? —preguntó por pura amabilidad, ya que entendía que el menor no quería arriesgarse a que su hermano lo viera. Se llevó una gran sorpresa cuando YoonOh accedió.


TaeYong se estacionó del otro lado de la calle, pero frente a la casa de su pareja. YoonOh agradeció por el viaje y se despidió de los pequeños. El de hoyuelos se acercó al lugar del piloto y sonrió esperando que su novio lo besara.

—Papi, me anda del baño.

—Espera a que lleguemos a casa, mi amor—dijo sin quitar la vista del castaño.

—Me anda mucho—cruzó las piernas con fuerza y comenzó a retorcerse.

YoonOh se incorporó en su asiento y se disculpó para bajar rápido del auto. Se asomó por la ventana de su sala y al aparecer, su hermano y sus amigos no estaban por ningún lado, así que volvió al auto delos Lee para decirle a Jeno que podía usar su baño.

—Quiero que papi TaeYong me lleve—su padre suspiró y negó diciéndole que no haría daño si YoonOh lo acompañaba—. Quiero que me lleves tú—pidió con un puchero. TaeYong sabía que su hijo era un poco demasiado dramático, así que para evitar el drama (de nuevo), miró al castaño quien asintió con una sonrisa, así que accedió a llevar a su hijo.

En cuánto YoonOh abrió la puerta y señaló el baño, Jeno salió disparado hacia allá. El de hoyuelos le ofreció asiento a los Lee, pero ambos se negaron con amabilidad. Estaban esperando parados afuera del baño cuando escucharon voces provenir de las escaleras. Intercambiaron miradas preocupadas y TaeYong tomó a su hijo mayor para encerrarse en el baño.

—¡Hyung! —saludó su hermano alegre—. No escuchamos cuando llegaste.

—Yo tampoco los escuché... —dijo tenso.

Bizarre [JaeYong]Where stories live. Discover now