—¿Cherry wine? —inquirió, levantando una ceja, ya se imaginaba que ella volvería con unas cuantas botellas para su dotación, pero era una elección extraña para una partidaria del vino blanco.

—Sí, es para celebrar, tiene un significado especial —dijo, con una sonrisa divertida, mientras lo guardaba en su mochila. Ella siempre traía una en la espalda porque todo el tiempo cargaba infinidad de cosas consigo.

—¿Para celebrar? —Donovan la miró con curiosidad, mientras caminaban entre la gente. Skylar notó que, aunque a sus alrededores todo el mundo andaba con prisa y estaba atestado de personas, andar al lado de Donovan hacía todo más fácil, la mayoría de la gente veía su tamaño y se hacía a un lado tan rápido como podía.

—Por si te dice que sí —le explicó—. O si te dice que no —Skylar contuvo una carcajada, bastante orgullosa de su chiste. La verdad era que no era la persona más cariñosa, así que siempre que quería decir algo bueno, tenía que escapar del algún modo de los sentimentalismos.

—Me encanta la confianza que tienes en mi —Donovan se inclinó un poco hacia ella, levantando los puños en una falsa celebración—. ¡Viva la amistad! —exclamó y ella se río, golpeándole el hombro.

—Vamos, sabes que te deseo lo mejor, eres mi mejor amigo —espetó. Aunque su tono hacía que todo sonara como una broma, Donovan sabía que ella estaba siendo sincera.

Ellos bromearon un poco más, pero después de un rato Skylar se detuvo y se le quedó mirando.

—Hey, honestamente ¿Qué harías si te dice que no? —preguntó, mirándolo con los ojos brillantes por la curiosidad. Por supuesto, aunque no conocía el contexto completo, estaba segura de que James no iba a rechazarlo, sin embargo, todavía existía la posibilidad.

Donovan se río y se encogió de hombros.

—Aceptar el rechazo con dignidad, supongo —indagó, consiguiendo que su amiga lo mirara con cierto reproche.

—¿De verdad? —inquirió, tratando de descubrir una mentira en su rostro, pero sin conseguirlo.

—De verdad —Donovan tenía los hombros relajados mientras hablaba. Ella soltó un bufido.

—Pareces muy seguro de ti mismo ¿No estás siendo engreído? —su tono estaba medio en broma, medio en serio.

—No estoy seguro de nada, en realidad, estoy muy nervioso —por supuesto, la expresión en su rostro era bastante difícil de leer, pero Skylar creía en sus palabras.

—¿Piensas que hay posibilidades de que te diga que te mande al diablo? —ella echó otro vistazo entre la gente. Desde hacía un rato se dio cuenta que había algo extraño pasaba con su amiga.

—Nada es seguro en este mundo —explicó—. La realidad detrás de un sí o un no siempre es más complicada de lo que pensamos, por eso estoy nervioso —por supuesto, la expresión en el rostro de James la última vez que se vieron en persona era lo que más le preocupaba. Las personas enfrentaban al mundo con diferentes tipos de máscaras y los miedos eran buenos saboteando hasta la más sincera sonrisa—. Ahora tú dime ¿Qué es lo que te tiene tan alerta? No creas que no me he dado cuenta que has estado mirando a todos lados desde hace rato —Donovan afiló la mirada, examinando la expresión de Skylar Ella se río con cierto nerviosismo y después se encogió de hombros.

—A decir verdad, invité a alguien a que pasara el rato con nosotros —ella se balanceo en su lugar como una niña que había hecho una travesura. Donovan la miró con desconfianza.

—¿Un nuevo novio? —preguntó.

—Un casi novio —explicó la chica, él sonrió, negando con la cabeza, pero ella continúo hablando sin verlo a los ojos y tan rápido que sus palabras fueron difíciles de entender—. Un casi novio tuyo, no mío.

—¿Perdón? —él levantó una ceja ante el comentario.

—Perdonado —ella señaló a sus espaldas—. ¡Oh! Aquí está.

Donovan se giró de inmediato, encontrándose con el rostro que esperaba ver desde el lunes pasado.

—¡James!

Ya casi <3

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Ya casi <3

El destino de las estrellasWhere stories live. Discover now