Así que se estampó contra mi cara con tanta fuerza que se me saltaron las lágrimas de los ojos.

Retrocedí hacia atrás después de proferir un pequeño gemido, y me llevé las manos a la cara mientras me agachaba, como si de alguna forma eso fuese hacer disminuir el dolor punzante que sentía en mi nariz.

¡Maldición! No me extrañaría que me la hubiese roto.

—Oh, joder. Lo siento, piojosa.

Ni siquiera tuve que alzar los ojos para saber que se trataba de Jax. Reconocería su voz en cualquier sitio, por no mencionar el sobrenombre que solamente él usaba.

Todavía maldiciendo (él), mientras yo respiraba pausadamente para no llorar, sentí cómo se agachaba a mi lado. Su rodilla desnuda chocó contra la mía, y de pronto noté unas manos rozando mi cara.

—Deja que te vea.

Sin decir nada, permití que sus dedos ahuecaran mi rostro y apartasen mis dedos de mi cara. Entre lágrimas, pude ver unas gotitas de sangre en la palma.

Y teniendo en cuenta lo escandalosa que es la sangre, tampoco me parecía demasiado.

Sobreviviría.

—Oh, joder —dijo en cambio Jax, con un tono de preocupación que no me gustó nada—. Mierda, lo siento.

Y antes de que pudiera quejarme, noté sus dedos sobre mi barbilla, obligándome a alzar la cara.

Por encima de las lágrimas aprecié su rostro, a unos palmos del mío, mientras continuaba sosteniéndome por la barbilla.

Parpadeé para echar las lágrimas lejos y aclarar mi visión. Ahí pude apreciarle mejor, a apenas unos centímetros de distancia. El dolor punzante de la nariz cada vez iba a menos, y eso me permitía recrearme en lo cerca que, por fin, estábamos.

En nuestras rodillas chocando.

En su mano en mi barbilla.

En su mirada preocupada sobre mí.

—Se ve mal, pero creo que sobrevivirás —dijo por fin, alejando los ojos de mi nariz.

Asentí, y me encontré con el marrón verduzco de su mirada sobre la mía.

—Si no me quieres aquí mejor me lo dices directamente —bromeé—. Cualquiera diría que intentas matarme.

Una pequeña sonrisa fue formándose en sus labios, llegando a los ojos. Me maravillaba esa sonrisa.

Sin embargo, conseguí contener el aleteo de mi corazón. No necesitaba más sangre borboteando de mi cuerpo, gracias.

—Tranquila, piojosa. Te prometo que me encanta tenerte aquí.

Acto seguido me guiñó un ojo y, antes de que me diese tiempo a replicar, alejó los dedos de mi barbilla.

Sentí un extraño vacío en el lugar donde había estado tocándome, pero me quedé callado y boquiabierta al ver cómo, ante mí, comenzaba a quitarse la camiseta.

Se puso de pies para facilitar la hazaña, y yo quedé como una tonta, con la barbilla colgante (y probablemente baba también), viendo cómo se la sacaba por la cabeza, dejándome ver aquel abdomen que tanto conocía.

Recuerdos de mi mano pasando por su piel, de cómo se sentía cuando rozaba contra la mía, de mi boca trabajando cada músculo... llegaron a mí y me calentaron por dentro.

Estoy segura de que en ese momento sangré un poco más fuerte, pero traté de disimularlo.

Jax se agachó de nuevo y limpió unas gotas de sangre que habían caído sobre el suelo con la tela, para después llevarla hacia mi cara por la parte limpia y hacer presión sobre la nariz.

—Vamos a la cocina, la Nonna sabrá que hacer —dijo.

Sin rechistar, me puse de pies con su ayuda. Sentí unas pequeñas cosquillas cuando su mano rozó mi cintura, como si de hecho necesitase ayuda para bajar las escaleras, mientras con la otra presionaba la camiseta contra mi nariz.

Tampoco pensaba quejarme.

De hecho, casi conté cada segundo de tiempo que pasaba tan cerca de él.

Cada maldito escalón que bajábamos.

Mierda, Olivia. Tú tenías pensado olvidar a Jax.

Nada más dar dos pasos hacia la cocina, y con la camiseta de Jax tapándome la visión, escuché una especie de quejido. Segundos después, pasos hacia mí.

La Nonna le apartó de mi lado y me llevó hacia la pileta de la cocina para limpiar la herida y observarme mejor, todo mientras Jax explicaba lo que había pasado y, a la vez, ella le reñía como si hubiese sido su culpa, y no la mía por no mirar por dónde caminaba.

Ya sin lágrimas y con la cabeza bajo el grifo del agua, pude intercambiar una nueva mirada con Jax.

La sangre era muy escandalosa, y él tenía el brazo y una mano manchados con la mía.

Pero me sonreía.

Y después de tanto tiempo...

Yo también le sonreí a él.

Yo también le sonreí a él

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¡Feliz sábado!

Mira, yo estoy muy preocupada. Ya no sé con quien querrá quedarse Olivia. Porque Angelo es muy mono y agradable... ¡Pero Jax es Jax! (menuda comparación jajajaja)

En un momento prefiero que esté con Angelo, y al siguiente digo "bah, otra oportunidad a Jax".

Mentira. Si los personajes me hacen caso ya está planeado el final, pero...

Escritores/as de wattpad, ¿no os pasa que a veces los personajes hacen lo que les da la gana? Porque a mí CONSTANTEMENTE.

En esta novela hay un beso como cinco u ocho capítulos antes de lo que yo pretendía. Pronto llegará xD

Nos vemos en el siguiente cap :)

Andrea :)

PD. Hoy no os dejo tuits spoiler, pero seguro que el próximo cap sí porque alguno puse...

Una Perfecta Oportunidad © 30/03/2023 EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now